La participación de Mariana Morales, representante de Bogotá en Miss Universe Colombia, ha provocado una intensa discusión en el país sobre la inclusión de mujeres trans en los reinados de belleza. Pero para Morales, la polémica va más allá de la pasarela: se trata de visibilidad, dignidad y supervivencia.
La modelo reveló en el pódcast ‘A Pelo’ conducido por Omar Vásquez y Sergio Caballero, que en su infancia y adolescencia enfrentó un profundo rechazo hacia su cuerpo, lo que la llevó a sufrir de ‘cutting’ (autolesiones físicas) como forma de procesar emociones negativas.
“Yo empiezo a sufrir de ‘cutting’. Rechazaba mi cuerpo. ‘Cutting’ es cuando no sabes procesar tus emociones negativas y las transmites a través del dolor del cuerpo. Es decir, yo me siento mal con mi cuerpo y me lastimo”, relató.
Morales asegura que, aunque algunos comentarios de sus compañeras en el ‘reality’ le sugirieron participar en un concurso “exclusivo para mujeres trans”, su propósito es abrir un camino.
“Me estoy sacrificando para que Colombia sepa que aquí estamos y existimos. Ya estuvo Ángela Ponce, que también recibió durísimo. Quiero que sepan que siendo yo merezco el respeto para estar aquí”.
El testimonio de la concursante conecta con una realidad más amplia: las tasas de violencia y discriminación hacia personas trans en Colombia, uno de los países de América Latina con mayores índices de agresiones reportadas a esta población.
Su voz, en medio de un certamen televisado en horario estelar, se convierte en un recordatorio incómodo y necesario sobre los costos personales de la exclusión.
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