Se acerca la coronación del rey Carlos III, que es un evento en el que se reunirá casi toda la familia real británica, a excepción de la duquesa de Sussex, Meghan Markle y su hijo, el príncipe Archie, quienes a pesar de todo siguen teniendo un papel importante dentro del árbol genealógico, pero no estarán presentes. 

En los últimos días, el medio inglés The Telegraph conoció que hace unos años, hubo unas cartas en las que Meghan Markle y el entonces príncipe de Gales, Carlos III, intercambiaron posturas sobre los “comentarios racistas” que recibió Archie, incluso antes de nacer.

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Dicha discusión surgió después de que el príncipe Harry y la duquesa de Sussex hablaran del tema en una entrevista con Oprah Winfrey, pues dijeron que alguien dentro de la familia real llegó a hablar de manera despectiva sobre Markle y el color de piel que le heredaría al primogénito de Harry.

“En esos meses en que estaba embarazada  tuvimos una serie de conversaciones sobre que ‘no se le daría un título’ [a Archie] y también sobre lo oscura que sería su piel cuando naciera”, expresó Megan Markle en la entrevista.

Por eso, ahora se develó que después de dichas declaraciones, que causaron fuertes críticas a la monarquía, el rey Carlos III y Markle intercambiaron misivas para revelar quién fue el que hizo el comentario y dejar claro que las cosas se malinterpretaron, pues el tema sobre el color de piel de Archie no fue con la intención de despreciar al pequeño.

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No obstante, esa aclaración no fue suficiente para Meghan Markle, quien prefiere mantenerse al margen de la monarquía para evitar cualquier tipo de rechazo hacia su hijo.

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Aunque se ha especulado mucho sobre las razones de dicho desplante, la que más tiene relevancia es porque ese día es el cumpleaños del hijo mayor del príncipe Harry.

En ese sentido, Markle no quiere que esto pase desapercibido, ya que de asistir a la coronación dicha celebración pasaría por irrelevante y ella prefiere que su hijo festejé su cuarto año de vida.