El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
Las salsas, elementos imprescindibles en la gastronomía internacional, cuentan con un origen que se remonta al antiguo Imperio Romano. De acuerdo con los relatos históricos citados por El Espectador, los romanos recurrían a una salsa llamada “garum”, una preparación obtenida a partir de la fermentación al sol de intestinos de pescado mezclados con diversas especias. Esta mezcla, de aroma y sabor únicos, alcanzó tal popularidad que fue considerada la reina de la cocina romana y se hallaba presente en prácticamente toda celebración y banquete relevante de la época. Voces especializadas mencionan que el emperador Domiciano solía aprovechar las conversaciones políticas de su tiempo para decidir cuál salsa sería la más apropiada en los banquetes a lo largo de su reinado, revelando la importancia cultural y simbólica de estos acompañantes gastronómicos.
Con el paso de los siglos, las salsas han mantenido su papel protagónico en la elaboración de platos, tanto en la alta cocina como en la comida rápida contemporánea. Actualmente, se definen como mezclas líquidas que pueden servirse frías o calientes y acompañan alimentos tan diversos como hamburguesas, pizzas y perros calientes. No obstante, el espectro de las salsas abarca desde aquellas de textura cremosa y densa utilizadas como condimento, hasta otras de consistencia más ligera destinadas a realzar aromas y sabores. La riqueza sensorial de las salsas —en colores, texturas, olores y experiencias al paladar— las convierte en una prueba fundamental y obligatoria para os estudiantes de cocina, quienes deben perfeccionar en sus primeras etapas esa habilidad esencial para su formación profesional.
En la actualidad, la preparación de salsas continúa siendo una tradición que exige técnicas cuidadosas. Una receta destacada en El Espectador ilustra el proceso para preparar una salsa cremosa con tocineta. El procedimiento inicia con el derretimiento de mantequilla a fuego bajo; después se incorpora harina, mezclando persistentemente para lograr una pasta homogénea, conocida en cocina como "roux". Esta base se diluye con leche hasta alcanzar una textura suave, tras lo cual se agrega la tocineta previamente cocida y picada.
El toque final consiste en sazonar la mezcla con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada, permitiendo que la salsa cocine unos minutos a fuego suave para que todos los sabores se integren plenamente. Este ejemplo resalta la importancia de la dedicación y el detalle a la hora de elaborar este tipo de acompañamientos, que pueden transformar por completo cualquier preparación culinaria.
La invitación a experimentar y compartir nuevas recetas está abierta, según Tatiana Gómez Fuentes y Edwin Bohórquez Aya, quienes animan a quienes disfrutan la creación de sabores originales a enviar sus propuestas gastronómicas. Así, las salsas siguen evolucionando y ocupando un lugar central en la cocina contemporánea, inspirando tanto a aficionados como a expertos.
¿Qué papel cumple el “roux” en la preparación de salsas?El “roux” es una base culinaria fundamental elaborada a partir de mantequilla y harina cocidas, que sirve para espesar muchas salsas y guisos. Su preparación adecuada es esencial para evitar la aparición de grumos, garantizar una textura homogénea y lograr que la salsa resultante tenga la cremosidad deseada.
Saber cuándo y cómo incorporar el “roux” permite obtener salsas de calidad profesional, un conocimiento indispensable tanto para estudiantes de gastronomía como para aficionados que buscan elevar el nivel de sus preparaciones. Lograr una correcta integración del “roux” marca la diferencia entre una salsa básica y una preparación realmente memorable.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO