El joven barranquillero de 25 años puede decir que ha sido el primer colombiano en jugar en la NBA, la máxima competición del básquetbol en el mundo. Así lo hizo a principios de 2022, cuando jugó por 10 días para las filas del equipo Washington Wizards debido a que hubo ocho jugadores contagiados con COVID-19. Su historia pocos la conocen, pero tiene detalles particulares, sobre todo por los sacrificios de sus padres. 

Precisamente, Echenique fue el invitado a la edición de este sábado 15 de octubre del programa de Caracol TV, ‘Se dice de mí’, que hizo un recorrido por sus inicios como deportista en Barranquilla hasta llegar a los Estados Unidos, donde actualmente vive. 

En dicha entrevista, el jugador de baloncesto contó detalles de lo que fue su niñez y reveló que su madre trabaja en una reconocida cadena de restaurantes, que se caracteriza por tener a mujeres cabeza de hogar. Cuando era niño le causó uno que otro inconveniente a sus padres por sus travesuras. 

“Me crié solo porque mi papá trabajaba en una empresa de transporte público en Barranquilla y mi mamá en Crepes & Waffles, entonces ambos estaban bastantes horas por fuera. En ese lapso me metía en problemas, era muy inquieto, fui el dolor de cabeza de mis vecinos“, relató.

 

Crepes & Wafles: mamá de Jaime Echenique trabaja en la querida empresa

Lidis Salinas trabaja desde que Jaime era un niño en dicha cadena de restaurantes y esta mujer también contó detalles de lo fue la niñez de su hijo y admitió que no pudo pasar mucho tiempo junto a él por estar trabajando para darle estudio y todo lo que necesitaba.

“Yo fuí desplazada por la violencia en mi pueblo. Llegué a Barranquilla y allí conocí al papá. Cuando nació mi hijo fue una emoción grandísima, su padre no podía creer que fuera tan grande. Incluso le hicieron exámenes, porque era gigante”, contó inicialmente. 

(Vea también: “Comenzamos nueva historia”: Crepes & Waffles sorprende con nuevo restaurante en punto clave)

Y agregó: “Lo que más me duele es que nunca lo pude acompañar en sus partidos ni en su colegio. Yo le decía a él que tuviera muy claro que nunca le faltó nada, siempre tuvo todo, por eso trabajaba. Estoy muy orgullosa porque valió la pena todo el sacrificio, pese a que a mí me dio miedo mandarlo solo a Estados Unidos, pero él siguió su sueño”. 

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