Rivera, de 33 años, desapareció el miércoles pasado luego de alquilar un bote junto a su hijo de cuatro años. Su cuerpo fue hallado flotando en el lago Piru, al noroeste de Los Ángeles.

El médico forense del condado de Ventura le practicó una autopsia y confirmó su identidad a partir de registros dentales. En el examen no encontró “heridas traumáticas” ni la presencia de alcohol o drogas.

“La causa de muerte es ahogamiento. La forma de muerte fue accidental”, indicó el informe.

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El sheriff del condado de Ventura, Bill Ayub, ya había adelantado el lunes que no había señales de suicidio u homicidio, y que pudo haber muerto debido a las traicioneras corrientes del embalse.

Unas tres horas después de que alquilara la embarcación, el niño de cuatro años fue encontrado solo, dormido dentro del bote, a la deriva. Dijo a los investigadores que su madre le había ayudado a subir a la embarcación antes de desaparecer.