Todo indica que la Semana Santa, periodo en el que las personas, incluidos los políticos, se dedican a la reflexión y a los actos de contrición, no será suficiente para que Gustavo Petro supere el chaparrón de críticas y burlas que le están cayendo por la visita que su hermano Juan Fernando hizo a presos en La Picota condenados por corrupción, asesinato y paramilitarismo.

Eso ocurrió hace ya una semana y la tempestad, antes que amainar, amenaza con intensificarse en los próximos días, después de que Colombia retorne a sus actividades normales.

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El país recibió con estupor los acercamientos de Juan Fernando Petro pues el tema con los corruptos es que han acumulado tal aborrecimiento por parte de la sociedad (muchos de los problemas que padece el país se derivan de la plata que se han robado) que nadie quiere saber de ellos, salvo que paguen con duras penas sus delitos.

Petro primero salió a dar la explicación de que esa visita de su hermano se enmarca en la idea de “perdón social” que viene trabajando, y después ajustó la idea asegurando que “ni en pesadilla” se les ocurre “rebajar penas a corruptos”.

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En una de sus más recientes declaraciones, admitió: “Dimos papaya”, y reconoció que la situación le podría costar caro. Algunos van mucho más allá y creen que este hecho le puede costar incluso la presidencia al líder de la Colombia Humana.

El papayazo, claro, lo aprovecharon de inmediato los otros candidatos que disputarán en las próximas elecciones presidenciales la primera magistratura del país. Pero los comentarios no se circunscribieron a ellos, sino que las redes sociales explotaron con personas del común respaldando y atacando a Petro.

“Por más que intente explicar Petro, su intención sería dar un ‘perdón social’ a los peores corruptos y parapolíticos. En nuestra Presidencia, los corruptos y los violentos, en la cárcel”, dijo Federico Gutiérrez. “Le estás dejando claro a Colombia que vas a negociar con los peores corruptos de este país”.

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A su turno, Sergio Fajardo dijo: “Me entero que el hermano de Gustavo Petro va a la cárcel para hablar con Iván Moreno, gran corrupto de nuestro país, y supuestamente la explicación es el ‘perdón social’. Carreta. Es buscando votos con corruptos”. Y puso este caso como ejemplo del “todo vale”.

Íngrid Betancourt sentenció: “Ir a las cárceles a proponer impunidad a cambio de votos es una descomposición moral. El perdón social es una argucia para comprarles votos a los corruptos”. Mientras tanto, el candidato Enrique Gómez le preguntó a Petro: “Cuéntele al país de una vez ¿a qué otros delincuentes más tiene planeado indultar?”.

A la andanada se sumó este sábado el expresidente Álvaro Uribe que ironizó sobre el perdón que ofrece Petro. “Yo no sabía que en Semana Santa ya no necesito pedir perdón a Dios, tampoco rezarle a la Santísima Virgen para reducir el sobre giro, ni repetir a los colombianos que no he robado y que amo la Patria”, escribió en Twitter.

Y después concluyó con un sarcasmo y una advertencia para las próximas elecciones: “Con el Perdón Social de Petro bastaría! Democracia defiéndete. Ojo con el voto”.