La nueva reforma laboral en Colombia, sancionada por el presidente Gustavo Petro el pasado 25 de junio de 2025 mediante la Ley 2466, trajo consigo una serie de ajustes sustanciales en las condiciones laborales del país.
Entre los puntos más comentados por trabajadores y empleadores se encuentra una nueva medida en la legislación colombiana: la obligación para los empleados de notificar con al menos 30 días de anticipación su decisión de renunciar o retirarse voluntariamente de un empleo.
(Vea también: Empresa con muchos trabajadores revela plan por reforma laboral: “Nos tenemos que mover”).
Aunque se trata de una norma sin carácter sancionatorio, su incorporación marca un cambio relevante en la cultura laboral del país, en la que hasta ahora la renuncia podía presentarse en cualquier momento y sin previo aviso.



¿En qué consiste la nueva exigencia?
De acuerdo con el texto aprobado por el Congreso y sancionado como ley, los trabajadores que deseen dar por terminado su contrato de manera voluntaria deberán comunicar su decisión al empleador con un preaviso mínimo de 30 días calendario. Esta medida tiene como objetivo brindar a las empresas el tiempo suficiente para planear la transición del cargo, iniciar procesos de selección o redistribuir funciones internamente.
La norma aplica a todo tipo de contratos, tanto a término fijo como indefinido, y a cualquier nivel de cargo, desde operativos hasta ejecutivos. Sin embargo, la reforma también aclara que esta obligación no está sujeta a sanciones económicas ni disciplinarias si no se cumple, lo que ha generado interpretaciones encontradas entre expertos en derecho laboral.
Cómo era antes y qué motiva el cambio
Hasta la entrada en vigencia de la Ley 2466, el Código Sustantivo del Trabajo permitía que un trabajador renunciara de forma inmediata, sin necesidad de notificación anticipada. El empleador, en ningún caso, podía obligarlo a quedarse, y tampoco existían consecuencias legales por presentar la renuncia sin previo aviso.
El Ministerio del Trabajo y los promotores de la reforma argumentaron que esta práctica, si bien válida legalmente, generaba dificultades operativas en las empresas, especialmente en sectores que dependen de una continuidad estricta en la prestación de servicios o la producción. Por eso, el nuevo marco normativo introduce esta exigencia como una forma de fortalecer la planificación empresarial y fomentar una cultura de cierre responsable de las relaciones laborales.
¿Qué pasa si no se cumple el preaviso?
Uno de los aspectos que más preguntas ha suscitado es el alcance real de esta obligación. Según explicó el Ministerio del Trabajo y han reiterado diversos juristas laborales, no habrá sanciones ni descuentos en la liquidación si el trabajador decide renunciar sin dar el aviso con 30 días. Esto se debe a que la norma no contempla mecanismos de coerción, y su espíritu es principalmente pedagógico y orientador.
“La reforma busca promover mejores prácticas laborales, pero no puede forzar a nadie a seguir en un empleo que ya no desea. El preaviso es una recomendación que busca facilitar una transición ordenada”, explicó Camilo Cuervo, abogado laboralista y socio de Holland & Knight.
¿Cuándo empezó a aplicar esta medida?
La exigencia del preaviso comenzó a regir desde el 25 de junio de 2025, fecha en la que fue sancionada y publicada la Ley 2466. Es decir, cualquier relación laboral activa en adelante queda sujeta a esta nueva disposición.
Para los contratos que ya estaban vigentes antes de esa fecha, el Ministerio del Trabajo ha recomendado que tanto empleadores como trabajadores adopten progresivamente la práctica, sin que se convierta en un motivo de conflicto.
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