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La venta del Viche, que es una destilación del jugo fermentado de la caña de azúcar, hecho artesanalmente por las comunidades afro del Pacífico colombiano, está teniendo bastantes problemas en Medellín, al punto que el fin de semana fueron sellados dos restaurantes de la zona de Provenza por su venta.
Pese a que en 2021 se proclamó la Ley del Viche/Biche con el fin de “fortalecer la protección de esta bebida patrimonial y ancestral”, que les da a los productores cinco años de gracia para sacar el registro Invima y pagar impuestos, algunas Oficinas de Rentas Departamentales, entre ella la de Antioquia, están adelantado operativos para su decomiso y sanción a los negocios que lo distribuyen.
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En agosto pasado, la chef Leo Espinosa había denunciado a través de EL COLOMBIANO casos de decomiso en Villa de Leyva, en Boyacá, y destrucción de inventario en Bogotá.
“Creo que es muy grave que se prohíba la comercialización de Viche. Mi restaurante trabaja directamente con productores de distintas regiones, no con intermediarios. Evitar la comercialización del Viche son un tropiezo para el desarrollo económico e internacional del país”, expresó la que es considerada “la mejor chef del mundo”.
John Zárate, del restaurante Sambombi Bistró Local, relató que el jueves 9 de noviembre recibieron una visita de Rentas departamentales, donde hallaron una botella de Viche de marca Mano de Buey y un subproducto del mismo, el aperitivo Vinete, una infusión de hierbas y especias.
Dice que desde que se aprobó la ley están expendiendo el Viche , que aunque en Medellín no tiene la acogida que la bebida tiene en Bogotá, crecimiento es muy bueno. Un coctel de Viche puede costar cerca de $ 32.000 pesos, mientras que uno de licores tradicionales supera los $ 50.000 pesos.
“Nunca nos habían visitado, nunca habíamos tenido problema”. Sobre las botellas de Viche les dijeron que estaban adulteradas, porque estaban envasadas en botellas de la licorera de Caldas, pero con la etiqueta Mano de Buey. Les dijeron que no tenía registro Invima y que no pagaban impuestos.
Afirma que el Viche y Vinete se lo compran a los grandes distribuidores del país, como el es caso de Onésimo González Biojó y Viche Canao.
Dice que en Sambombi Bistró Local también hallaron dos irregularidades adicionales al tema del Viche “las dos exageradas y sin sentido”.
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Desde Acodrés, la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, salieron a respaldar a Sambombi Bistró Local y Repeat, los dos restaurantes sellados en la zona de Provenza por la venta de Viche .
“Elevamos nuestra más firme voz de protesta ante el despacho del Señor Gobernador de Antioquia, solicitándole con el mayor respeto que, en su acostumbrado ejercicio de liderazgo ceñido a la ley, impida de manera firme y contundente que la Secretaría de Hacienda Departamental continúe atropellando a los establecimientos gastronómicos de Medellín, preservando la vocación de la industria gastronómica, de promover, mediante su actividad experiencial, a un patrimonio ancestral del Pacífico colombiano impulsado por la Ley”, se lee el comunicado expedido de Acodrés.
Señalan que existen antecedentes recientes de administraciones que no dudaron en corregir sus procedimientos, “a las cuales les expresamos nuestra gratitud por su apertura, sentido de respeto por las disposiciones legales y acompañamiento de la promoción del patrimonio gastronómico y cultural colombiano”.
John Zárate, de Sambombi Bistró Local, expresó que ya interpusieron un recurso y una tutela para poder abrir el restaurante, que recibió una sanción de 15 días de cierre “que significa pérdida entre los 180 y 200 millones de pesos”.
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La ley de 2021 reconoce el Viche como patrimonio cultural de Colombia y producto exclusivo de estas comunidades y territorios.
“Lo mejor de todo es que la ley nos ha dado la oportunidad de permanecer como ancestral, porque no podemos perder el origen, de donde venimos, y sentir que estamos identificados con este producto que es el Viche , el licor ancestral y cultural del Pacifico colombiano”, se lee en el artículo “Viche, destilado histórico del Pacífico colombiano”, de Erin Rosé.
Actualmente, en el Chocó, pese a que la ley les da un tiempo de gracias hasta 2026, ya hay acercamientos con el Invima para tener las certificaciones.*
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