Escrito por:  Redacción Economía
Sep 2, 2025 - 2:18 pm

El peso colombiano inició la sesión del martes 2 de septiembre de 2025 como la moneda más devaluada de los mercados emergentes globales, con una caída de 0,69 %.

Esto golpea a los billetes de peso de alta denominación. Este 2 de septiembre, 50.000 pesos compran 12,45 dólares y 100.000 pesos son 24,89 dólares. A inicios de julio, los 50.000 compraban 12,72 dólares y los 100.000 llegaban a 25,44 dólares.

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Este retroceso ocurre luego de un mes en el que se había posicionado como una de las divisas más fuertes del mundo, registrando valorizaciones del 3,9 % en agosto.

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Analistas explican que la corrección puede deberse a un ajuste técnico tras el fuerte desempeño previo, aunque también influyen factores de riesgo fiscal y la incertidumbre frente a la nueva reforma tributaria del Gobierno.

David Cubides, jefe de investigaciones económicas del Banco de Occidente, dijo a La República que el comportamiento podría ser un descanso natural tras las ganancias recientes y que los mercados latinoamericanos siguen beneficiándose de un dólar más débil.

Sin embargo, advierte que el debate fiscal genera inquietud entre inversionistas, ya que aún no está claro cómo avanzará la discusión en el Congreso. Otros analistas vinculan la caída directamente con las operaciones de crédito público, que distorsionaron el canal de tasas de interés y de cambio, lo que eleva la percepción de riesgo en el país.

El Banco de la República reportó que la inversión extranjera directa creció solo 1,5 % en el primer semestre, mientras que la salida de capitales nacionales aumentó significativamente, reflejando un panorama financiero complejo.

Por qué devaluación del peso afecta a la economía colombiana

La devaluación del peso colombiano tiene efectos negativos en distintos niveles de la economía, afectando tanto a los ciudadanos como a las empresas y al propio Estado. Uno de los principales problemas radica en el encarecimiento de los bienes importados. Colombia depende en gran medida de productos traídos del exterior, desde maquinaria e insumos industriales hasta alimentos básicos y medicamentos.

Cuando la moneda pierde valor frente al dólar, todos estos bienes se encarecen, generando presiones inflacionarias que afectan directamente el bolsillo de los consumidores. El poder adquisitivo de las familias se reduce y, en consecuencia, disminuye la capacidad de consumo, lo que golpea el mercado interno.

Otro impacto significativo ocurre en el ámbito empresarial y productivo. Muchas compañías colombianas tienen deudas en dólares o necesitan importar insumos para su operación. Una devaluación eleva los costos de producción y aumenta la carga financiera para las empresas, restando competitividad a ciertos sectores y afectando la estabilidad de los negocios.

Si bien los exportadores pueden beneficiarse con un peso más barato, este beneficio suele ser parcial y no compensa los costos adicionales derivados de una economía con alta dependencia de insumos externos. Además, la inestabilidad cambiaria dificulta la planificación a largo plazo y ahuyenta a los inversionistas extranjeros, que perciben mayor riesgo en el país.

A nivel estatal, la devaluación también incrementa el valor de la deuda externa, que se paga en dólares, lo cual presiona las finanzas públicas y obliga a destinar más recursos al servicio de la deuda en lugar de invertir en programas sociales o de infraestructura.

En general, una moneda débil refleja desconfianza en la economía y en la estabilidad institucional, lo que puede acelerar la fuga de capitales. En este sentido, la devaluación sostenida del peso no solo encarece la vida diaria de los colombianos, sino que además limita el crecimiento económico y profundiza la vulnerabilidad fiscal del país.

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