El entretenimiento se ha convertido en uno de los grandes motores de la economía en Colombia. Lo que antes era visto como un complemento de la oferta de consumo tradicional, hoy es una categoría con autonomía propia que dinamiza la actividad económica, atrae inversión y genera empleo. El país se ubica junto con México y Brasil como uno de los tres líderes regionales en el desarrollo de parques temáticos y de diversiones. De acuerdo con cifras de Acolap, la Asociación Colombiana de Atracciones y Parques de Diversiones, en 2024 más de 19 millones de personas visitaron los parques afiliados al gremio, un indicador que muestra la magnitud del sector y la importancia de lo que algunos expertos han denominado la “economía de la diversión”.
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La industria del entretenimiento en Colombia no solo se concentra en los grandes parques a cielo abierto como Salitre Mágico, Mundo Aventura o el Parque del Café. Una porción significativa del dinamismo actual proviene de los parques infantiles y centros de entretenimiento familiar ubicados en centros comerciales. Estos espacios han pasado de ser simples áreas complementarias a constituirse en verdaderos anclajes de tráfico, con capacidad de atraer público, alargar la permanencia en el mall e impulsar el gasto en categorías como gastronomía y moda.
En consecuencia, los parques infantiles han adquirido un lugar destacado en el Mapa Nacional del Retail, que mide el desempeño de las principales categorías presentes en los centros comerciales del país.




En 2024, los seis operadores de parques infantiles analizados en el estudio alcanzaron ingresos por $182.970 millones, cifra muy similar a la registrada en 2023, lo que demuestra una estabilidad en su desempeño pese a los desafíos macroeconómicos. Si se compara con el conjunto del comercio, su aporte es significativo porque estas marcas logran generar un efecto multiplicador: cada visita a un parque infantil desencadena consumos adicionales en otros locales, convirtiéndose en piezas clave del ecosistema comercial.
Al analizar los tres jugadores más representativos de la categoría —Happy City, City Park y Playland— se observa un panorama en el que el liderazgo por ingresos no siempre coincide con la mayor rentabilidad. Cada operador ha trazado estrategias diferenciadas que explican sus resultados y que permiten entender la evolución de la categoría dentro del retail colombiano.
Happy City encabeza el ranking con ingresos por $65.985 millones en 2024. Sin embargo, sus resultados financieros muestran una pérdida de $1.984 millones y una variación negativa de –5,7 % frente a 2023. La explicación está en los elevados costos de operación que enfrenta la marca.
Con más de 30 parques en 25 ciudades, su cobertura nacional es la más amplia, lo que la convierte en referente de la categoría. Pero esa misma escala conlleva gastos en personal, mantenimiento y renovación de atracciones que presionan la rentabilidad. En su estrategia reciente se ha enfocado en la digitalización de la experiencia, con la implementación de tarjetas recargables y sistemas de tickets virtuales, además de parques de última generación en ciudades como Medellín. El reto de Happy City está en equilibrar su liderazgo en volumen con una gestión más eficiente que le permita recuperar márgenes positivos.
Por su parte, City Park se consolida como el segundo jugador con ingresos de $39.281 millones en 2024 y utilidades de $5.486 millones. A diferencia de Happy City, este operador muestra un crecimiento positivo del 11,3 % frente al año anterior y una rentabilidad superior. Su modelo, basado en la diversificación de sedes en ciudades intermedias y capitales, así como en la venta de experiencias personalizadas como planes de fiestas infantiles, le ha permitido conectar con públicos variados y mantener estabilidad financiera. La marca ha sabido posicionarse como un actor innovador, con esquemas de recarga electrónica y promociones recurrentes, lo que le otorga resiliencia frente a los cambios en el consumo.
En tercer lugar, Playland reportó ingresos de $35.128 millones y utilidades de $1.579 millones, con un crecimiento del 9,5 % frente a 2023. Su historia de más de 30 años en el mercado le ha permitido consolidar un posicionamiento basado en la tradición y la confianza de las familias. Aunque su red no es tan amplia como la de Happy City, ni sus utilidades tan altas como las de City Park, ha encontrado en la oferta temática y en la cercanía con los clientes una fórmula para mantener un crecimiento constante y rentable. Eventos especiales y promociones alineadas con fechas clave son parte de su estrategia para garantizar visitas recurrentes y reforzar la fidelidad de sus usuarios.
El análisis de estos tres jugadores refleja la diversidad de caminos que existen dentro de la categoría. Mientras Happy City apuesta por la escala nacional, City Park encuentra en la eficiencia y el control operativo su ventaja competitiva, y Playland se apoya en la tradición y la conexión emocional con el consumidor. Para los centros comerciales, contar con uno de estos operadores en su mix es una garantía de tráfico, especialmente en momentos en que la economía enfrenta retos de consumo.
Más allá de los números, la presencia de parques infantiles en los malls revela el giro hacia el retail experiencial. Los centros comerciales ya no son únicamente espacios de compra, sino lugares de socialización, entretenimiento y construcción de experiencias. El consumidor actual busca destinos que integren entretenimiento con oferta comercial y gastronómica, y en este escenario los parques infantiles se convierten en piezas insustituibles para atraer familias y aumentar el tiempo de permanencia en el mall.
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De cara al futuro, la categoría enfrenta varios retos. Uno de ellos es la gestión de la experiencia del usuario con la la necesidad de reforzar los planes de mantenimiento y de ofrecer alternativas en caso de contingencias. Otro desafío es la innovación: incorporar tecnologías digitales, gamificación y nuevos formatos de entretenimiento que respondan a las expectativas de las nuevas generaciones. Finalmente, está la expansión regional, con oportunidades en ciudades intermedias y polos turísticos que requieren este tipo de anclas de entretenimiento para fortalecer sus centros comerciales.
Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail “Los parques infantiles se han convertido en un componente estratégico dentro del retail colombiano. La categoría no solo aporta ingresos relevantes, sino que potencia el ecosistema de consumo en los malls en donde la diversión no es solo un pasatiempo, sino un motor económico de primer orden para el país y para la industria de centros comerciales”.
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