
Cada vez más jóvenes en Colombia acceden por primera vez al crédito: al cierre de 2024, más de 3,5 millones de personas entre 18 y 28 años tenían algún producto crediticio, y este grupo concentra el 51 % de las operaciones iniciales, según el informe de Datacrédito Experian.
Este fenómeno muestra la importancia de construir una vida financiera responsable desde el comienzo, ya que un buen historial permite acceder a mejores tasas de interés y facilita procesos como el arriendo o la educación.
(Vea también: Duro golpe para Ecopetrol, Grupo Sura, Bancolombia y más bancos por baja calificación).
Carlos Andrés Rodríguez, de Compensar, recomienda a los jóvenes seis prácticas clave: empezar con créditos de bajo monto, pagar puntualmente, evitar el sobreendeudamiento, usar el crédito para metas concretas, educarse financieramente y revisar regularmente el historial crediticio.




Reconociendo los retos que enfrentan los jóvenes —como la falta de experiencia y el desconocimiento del sistema— Compensar ofrece alternativas específicas: desde créditos de libre inversión hasta cupos rotativos de bajo monto y líneas especiales para financiar educación, salud o vivienda.
Además, acompaña estos productos con contenidos educativos y asesoría gratuita a través de su portal de Bienestar Financiero.
El objetivo es que los jóvenes no vean el crédito como una extensión del salario, sino como una herramienta para alcanzar objetivos y construir un futuro financiero saludable.
Por qué jóvenes en Colombia deben saber sobre créditos
En Colombia, que los jóvenes comprendan cómo funciona el acceso y manejo de los créditos no solo es una ventaja, sino una necesidad estratégica para su desarrollo personal y profesional. Iniciar la vida financiera a una edad temprana permite adquirir experiencia en la administración de recursos y construir un historial crediticio sólido, que a futuro abre puertas a oportunidades mayores: desde obtener mejores tasas de interés en préstamos más grandes, hasta facilitar trámites como el arriendo de una vivienda o la aprobación de tarjetas de crédito con mayores beneficios.
Entender cómo funcionan los productos financieros –sus tasas, plazos, costos y obligaciones– ayuda a que los jóvenes tomen decisiones más informadas, evitando caer en errores comunes como el sobreendeudamiento o el uso impulsivo del crédito para gastos innecesarios.
Además, conocer desde el inicio que el crédito no debe verse como una extensión del salario, sino como una herramienta para alcanzar metas específicas, fomenta un sentido de responsabilidad y planificación financiera.
Este conocimiento es clave para usar el crédito con propósito: financiar estudios, iniciar un negocio, invertir en salud o mejorar la calidad de vida. Asimismo, aprender sobre conceptos como el puntaje crediticio, el impacto de los pagos atrasados o el cupo disponible permite a los jóvenes proteger su reputación financiera y generar confianza ante bancos y otras entidades.
En un contexto como el colombiano, donde cada vez más jóvenes acceden por primera vez a productos financieros, la educación sobre el crédito cobra mayor relevancia. Organizaciones como Compensar han identificado esta necesidad y ofrecen productos especialmente diseñados para ellos: montos bajos, condiciones flexibles y acompañamiento educativo, que no solo facilitan la entrada al sistema financiero formal, sino que también previenen el riesgo de errores costosos.
Gracias a estos programas, los jóvenes pueden experimentar con productos financieros en un entorno más seguro, entendiendo de manera práctica cómo funcionan las tasas de interés, los pagos mensuales y la importancia de no comprometer más del 30 % de sus ingresos en deudas.
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