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El sector inmobiliario en Colombia ha enfrentado años complejos desde la pandemia. Factores como las altas tasas de interés, la inflación persistente y la baja colocación de créditos hipotecarios han desincentivado la adquisición de vivienda propia entre los ciudadanos. Sin embargo, durante 2025 comienzan a vislumbrarse señales de recuperación que podrían dinamizar nuevamente el mercado.
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Uno de los principales indicadores de este cambio es la reducción en las tasas de interés por parte del Banco de la República, que actualmente se ubican en 9,25 %. A esto se suma la tendencia a la baja de la inflación, lo que contribuye a generar un entorno más favorable para la inversión y el financiamiento inmobiliario.
Esteban Marín Lenis, CEO de Constructora Maring, destaca que estos elementos son determinantes para reactivar el mercado de la vivienda en el país. Según el directivo, “la disminución en las tasas permite una mayor estabilidad en los precios y hace más accesible el crédito hipotecario, lo que abre nuevas oportunidades para millones de colombianos interesados en adquirir una vivienda”.
Otro aspecto relevante es la prima de servicios, un ingreso adicional que, junto al ahorro de las cesantías, puede ser destinado a completar la cuota inicial. A esto se suman los nuevos esquemas financieros que diversas compañías del sector han venido implementando para facilitar el acceso a la vivienda.
“La ausencia de subsidios en los proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS) y Vivienda de Interés Prioritario (VIP), que representan el 70 % de las ventas en el país, obligó a las empresas a replantear sus modelos comerciales”, señala Marín. En su opinión, hoy existe un enfoque más centrado en el comprador, que considera sus posibilidades reales de cierre financiero y plantea alternativas viables para concretar la compra.
¿Por qué será más barato comprar vivienda en Colombia?
En cuanto a por qué podría ser más accesible adquirir vivienda en el actual contexto, el directivo indica que el desarrollo de modelos financieros más inclusivos y la existencia de programas de acompañamiento buscan cerrar la brecha de acceso para hogares tradicionalmente excluidos del sistema tradicional.
“De cada diez personas que llegan a una sala de ventas, solo tres cumplen con todos los requisitos. Nosotros queremos trabajar por los otros siete, ofreciendo condiciones de pago más flexibles, para demostrarles que es posible lograr el cierre financiero, incluso sin subsidio estatal”, afirma Marín.
A pesar de la incertidumbre que atraviesa el programa Mi Casa Ya, los subsidios otorgados por las cajas de compensación familiar siguen vigentes. Aunque acceder a ellos puede requerir un proceso más largo, representan una alternativa útil para quienes buscan apoyo económico en la compra de su primera vivienda. En este sentido, Marín resalta la importancia de orientar adecuadamente a los compradores para que comprendan el funcionamiento de estos mecanismos y los pasos necesarios para acceder a los beneficios.
El panorama actual, aunque desafiante, presenta oportunidades para quienes buscan adquirir vivienda, siempre que cuenten con información clara, acompañamiento financiero y modelos de negocio que respondan a sus necesidades reales.
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