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El Memorando de Entendimiento (MDE) firmado entre Colombia y Chile para impulsar la transición energética representa un avance significativo en la cooperación regional de América Latina. Este acuerdo, oficializado en Bruselas en el marco del Foro Global Gateway, establece una hoja de ruta para la colaboración técnica, científica y regulatoria, destacando el desarrollo del hidrógeno de bajas emisiones y los combustibles sostenibles para la aviación, también conocidos como SAF, por sus siglas en inglés. Así, se coloca como una apuesta estratégica para enfrentar la crisis climática y fortalecer la soberanía tecnológica en el contexto latinoamericano, donde la descarbonización se ha transformado en un objetivo fundamental para gobiernos y actores clave.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Colombia y Chile comparten desafíos en sus matrices energéticas, ambas marcadas por la volatilidad de los precios internacionales y la presión social hacia una justicia ambiental. Frente a estos retos, el MDE establece la conformación de un grupo de trabajo binacional que permitirá coordinar proyectos comunes, facilitar el acceso a fuentes de financiamiento internacional y fomentar la transferencia de conocimientos técnicos entre las dos naciones. Esta sinergia busca convertir similitudes estructurales en ventajas cooperativas y abrir nuevas posibilidades para el desarrollo sostenible.
En comparación con otros países de la región, la alianza Colombia-Chile destaca por su enfoque colaborativo. Mientras Brasil ha priorizado la inversión estatal enfocada en biocombustibles y energía eólica y México mantiene una política centrada en el petróleo, el acuerdo entre Colombia y Chile busca la integración de capacidades técnicas, financieras y regulatorias. Según BloombergNEF, este modelo podría servir de referencia para otros países que aspiren a construir mercados regionales de hidrógeno verde y combustibles sostenibles, brindando a América Latina una posición más sólida en negociaciones internacionales.
El acuerdo también contempla implicaciones económicas y sociales amplias. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), la transición hacia energías limpias tiene el potencial de crear millones de empleos directos e indirectos, así como desencadenar un desarrollo territorial inclusivo. El MDE incluye directrices para que los beneficios alcancen a comunidades rurales y zonas históricamente marginadas, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por organismos multilaterales.




No obstante, persisten desafíos considerables. La infraestructura deficiente, la inestabilidad regulatoria y la competencia global por atraer capital son obstáculos señalados tanto por los organismos multilaterales como por análisis especializados. Un reporte de BloombergNEF advierte que la región necesitaría multiplicar de forma significativa sus inversiones actuales para cumplir los compromisos climáticos internacionales, destacando la necesidad de políticas públicas coherentes y facilidad para acceder a inversión privada.
Este análisis sintetiza información proveniente del PNUD, IRENA y BloombergNEF, así como de medios especializados que monitorean la transición energética en la región. Esta diversidad de fuentes permite contextualizar tanto las oportunidades como las barreras existentes para la cooperación energética entre Colombia y Chile.
En síntesis, el Memorando de Entendimiento es más que un documento técnico; es una propuesta compartida para una transición energética latinoamericana, con énfasis en la soberanía y la inclusión social. Su éxito dependerá de la capacidad para traducir los acuerdos en acciones concretas y en una integración regional efectiva capaz de responder a la escala de los desafíos planteados por la crisis ambiental global.
¿Qué significa transición energética?
La transición energética hace referencia al proceso de cambio desde fuentes de energía basadas en combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, hacia fuentes renovables o limpias, como la solar, eólica e hidrógeno verde. Este proceso responde a la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar los impactos del cambio climático. En el contexto del acuerdo entre Colombia y Chile, la transición energética se entiende como el paso hacia sistemas más sostenibles, justos y técnicamente avanzados, con el objetivo de beneficiar a la sociedad en su conjunto y reducir la dependencia de fuentes no renovables.
¿Cuál es el papel del financiamiento internacional en acuerdos energéticos?
El financiamiento internacional resulta esencial para impulsar grandes proyectos de transición energética, ya que estos requieren inversiones elevadas e infraestructura que a menudo supera la capacidad de financiamiento local. En el caso del acuerdo entre Colombia y Chile, uno de los objetivos es facilitar el acceso a fondos internacionales, posibilitando así el desarrollo de tecnologías, construcción de infraestructura y formación de capacidades técnicas. La posibilidad de acceder a estos capitales permitirá una implementación efectiva de los compromisos asumidos y el avance hacia objetivos climáticos compartidos.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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