Faustino Asprilla es uno de los mejores jugadores de la historia del país, pues cuando fue deportista era muy rápido, habilidoso con el balón, metía muchos goles y por eso en algún momento compitió por ser catalogado como el mejor futbolista del mundo.
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Sin embargo, más allá de ese talento que tuvo, el nacido en Tuluá, Valle del Cauca, tenía un problema y es que le gustaba mucho la fiesta, por lo que gastaba mucho dinero en licor y eso muchas veces le impedía mostrar su mejor versión en los partidos de fútbol.
De hecho, cuando se retiró igual siguió con la misma obsesión por la fiesta, por lo que estaba siempre en reuniones sociales con sus amigos, bebía mucho alcohol, compartía con muchas mujeres y eso le significó muchos problemas, tanto con su exesposa como con su salud en general.
Faustino Asprilla casi muere por culpa del alcohol
Tal como contó el ‘Tino’ en su serie ‘No nací para perder’, del canal RCN, Faustino ha tenido dos momentos muy complicados a lo largo de su vida: el primero fue cuando su madre falleció, que incluso lo hizo pensar a retirarse del fútbol muy pronto, y el segundo fue cuando casi pierde la vida a sus 40 años de edad.
“A mi me gustaba mucho la fiesta, pero en un momento volví a mi casa y sentí un dolor muy fuerte en el dedo gordo del pie, por lo que me tocó irme al médico y ahí comenzó el problema, ya que estuve mucho tiempo hospitalizado y estaba muy golpeado en cuanto al tema físico”, comentó el exfutbolista.
Según comentaron en el programa, Faustino Asprilla sufrió de una artropatía por ácido úrico, el cual se presentó por el alto consumo de alcohol, y por eso se le inflamó la cara, los pies, los codos y ya era muy complicado incluso que se moviera solo, por lo que una ambulancia era la que lo movilizaba y siempre necesitaba ayuda de alguien para ir al baño o para hacer cualquier otra actividad.
Según comentaron sus amigos, la situación era tan grave tanto física como emocionalmente, que el ‘Tino’ en un momento dijo que ya ni siquiera quería ir al médico, sino que ya había tomado la decisión de abandonarse en su finca y esperar la muerte.
De hecho, Faustino Asprilla incluso llamó a sus familiares y amigos para despedirse porque ya se sentía muy mal y ya no quería vivir, por lo que le rezaba a Dios, pero, dice él, no por su salud, sino porque su familia quedara en las mejores condiciones posibles.
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Sin embargo, afortunadamente su estado de salud fue mejorando gracias a un tratamiento médico al que se sometió y ahora, aunque a veces tiene decaídas, mientras se tome sus pastillas con juicio y no se exceda en el consumo del alcohol, se mantiene bien de salud y por eso puede llevar su vida de analista deportivo y amante de los caballos con normalidad.
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