El alcalde expresó en improvisada rueda de prensa que para evitar desmanes en su ciudad con los aficionados verdolagas, les cerrará fronteras a los seguidores de Atlético Nacional que procedan de Bogotá para los próximos encuentros.

“La barra de Nacional de Bogotá no podrá asistir al estadio de Medellín. Es una barra con la que hemos tenido problemas acá. Tiene que pasar por un proceso de conciliación”, afirmó.

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Lo particular es que quiso separar a los barristas entre buenos y malos, pues defendió a los que viven en suelo antioqueño, para los que no emitió sanciones a pesar de que varios de ellos viajaron al partido de los disturbios vistos en El Campín, donde fue atacada la tribuna familiar de Independiente Santa Fe.

“El trabajo de la hinchada de Medellín y Nacional es coordinado, se ha construido por 10 años, es muy positivo y un ejemplo en el país. Lo que pasó en Bogotá fue con la barra de allá”, se atrevió a asegurar.

Entre tanto, Claudia López, alcaldesa de la capital de la República, prohibió por un año la entrada de fanáticos de Nacional a los estadios El Campín y de Techo.