Las competiciones en vivo están interrumpidas por la pandemia del COVID-19 y la Liga Profesional de Dardos (PDC) anunció esta semana el lanzamiento de un campeonato en el que los jugadores, confinados en sus casas, se enfrentarían con la emisión de un vídeo en directo desde sus domicilios.

Pero Gary Anderson, campeón mundial en 2015 y 2016 de este juego, muy popular en el Reino Unido, ha tenido que declararse baja. “Estaba interesado, pero cuando hicimos pruebas con mi Wi-Fi vimos que no era lo suficientemente estable”, lamentó este escocés de 49 años en declaraciones al diario The Sun.

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“No me sorprende. Tengo ya problemas para pagar mis facturas por internet, es muy frustrante“, añadió. “Quería participar en esto. Hubiera sido algo diferente probar y ganar”, señaló.

El presidente de la PDC, Barry Hearn, prometió que su liga “intentaría ayudar” a Anderson. “Hay cosas que se pueden hacer, técnicamente”, declaró a Talksport Radio. Hearn también habló de los problemas ‘domésticos’ que se han planteado con otro caso.

“(El holandés) Michael Van Gerwen (número uno mundial) acaba de tener un bebé, así que su casa está en pleno caos”, apuntó. Otro peso pesado del circuito de esta disciplina, el norirlandés Daryl Gurney, también tuvo que renunciar, en su caso porque no tiene espacio suficiente en su casa.

“Muchos de los mejores jugadores tienen una habitación especialmente dedicada para lanzar dardos, con una buena iluminación (…) Mi diana está en la puerta de mi habitación. Me sitúo en el pasillo, en lo alto de la escalera, pongo un pie en el baño y otro en el pasillo. Así que si alguien quiere ir al baño no puedo lanzar”, explicó.