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El mercado colombiano de vehículos usados en 2025 registra un crecimiento notable y una transformación profunda en sus dinámicas comerciales y de consumo. Según datos de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), durante el primer semestre del año se realizaron 485.156 traspasos de automóviles usados, lo que representa un alza del 16,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta cifra supera ampliamente las expectativas previas del sector automotor y refleja una reconfiguración relevante tanto en el comportamiento del consumidor como en la oferta y modalidades de compra en Colombia.
Este auge se sustenta en varios factores. Por un lado, la estabilización de precios y una oferta más competitiva han facilitado el acceso de diversos segmentos de la población a vehículos usados adaptados a sus necesidades económicas y operativas. Paralelamente, las tasas de interés más bajas han dinamizado el financiamiento, expandiendo el acceso al crédito para quienes optan por adquirir vehículos de segunda mano. Sin embargo, uno de los cambios más significativos ha sido la consolidación de canales digitales y experiencias híbridas —conocidas como phygital, por la integración de lo físico y lo digital—, que han incrementado la transparencia, trazabilidad y seguridad en las transacciones. Esto ha mitigado barreras históricas de confianza y ha impulsado la profesionalización del sector, según destaca la empresa Renting Colombia, que reportó más de 8.800 vehículos vendidos y 1,2 billones de pesos en transacciones en los primeros seis meses del año.
Este fenómeno local se inscribe en tendencias globales. La consultora internacional McKinsey & Company identifica que la digitalización del comercio automotor en mercados emergentes ha permitido democratizar el acceso, empoderando al consumidor con mayor información y reduciendo asimetrías en las transacciones. Esta ola de innovación permite decisiones informadas y procesos más ágiles, como lo resalta Santiago Vélez, líder de usados en Renting Colombia, quien señala que el acceso a canales digitales ha revolucionado la manera en que los compradores interactúan con el mercado.
La estructura del mercado también presenta cambios de fondo: la relación entre ventas de vehículos usados y nuevos alcanzó en 2025 una proporción de 4,5 a 1, muy por encima de la relación de 3 a 1 observada en años previos, según publica la Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores (Aconauto). Esto muestra que para un número creciente de colombianos, la calidad, garantías posventa y la asistencia profesional ofrecidas en el mercado de vehículos usados son percibidas como igual o más atractivas que las opciones de cero kilómetros. Ferias como Nextcar 2025, realizadas en Corferias con más de 20.000 asistentes y la participación de 60 expositores y más de 100 marcas, han contribuido a este nuevo entorno de confianza gracias a sus servicios de peritaje certificado, garantías ampliadas y asesoría financiera y legal especializada.
El contexto regional refuerza la posición de Colombia como referente latinoamericano en el mercado de usados. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la digitalización ha reducido la informalidad y la desconfianza, además de introducir mecanismos eficientes de protección para los consumidores, lo que ha afianzado la posición de este sector como promotor de la movilidad sostenible. Esta tendencia se observa especialmente en las ciudades principales del país, como Bogotá, Cali, Envigado y Medellín, que concentran más de la mitad del mercado nacional, y en las preferencias de los compradores, que optan sobre todo por vehículos familiares, utilitarios y pickups de marcas reconocidas como Chevrolet, Renault, Mazda, Kia y Toyota.
Las proyecciones de analistas sectoriales coinciden en que el ritmo de crecimiento se mantendrá entre el 12% y el 15% para el segundo semestre de 2025, impulsado por la confianza en plataformas digitales, el mejoramiento de las garantías y la sofisticación de los servicios posventa. Este escenario posiciona al mercado de usados como un pilar para la movilidad accesible y eficiente, capaz de responder tanto a necesidades urbanas como rurales, y anticipa tendencias de consumo para próximas generaciones.
Sin embargo, este progreso también plantea preguntas sobre su sostenibilidad a largo plazo, especialmente en términos ambientales. Expertos citados por el International Council on Clean Transportation (ICCT) señalan que la extensión del ciclo de vida de los vehículos mediante la adquisición y reutilización responsable puede reducir la huella ambiental asociada a la producción de nuevas unidades. No obstante, subrayan la importancia de políticas que incentiven tecnologías limpias y revisiones técnicas estrictas para evitar efectos adversos por emisiones contaminantes de vehículos antiguos.
En resumen, la consolidación, digitalización y profesionalización del mercado colombiano de vehículos usados en 2025 marcan un antes y un después en la movilidad nacional, con impactos positivos en accesibilidad, transparencia y sostenibilidad, aunque también abre el debate sobre los retos futuros de regulación y transición ecológica.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Cómo asegura el mercado de usados colombiano la calidad y legalidad de los vehículos ofrecidos?
Contexto: La desconfianza hacia la compra de vehículos usados ha sido históricamente uno de los principales obstáculos para el consumidor colombiano. Este recelo surge, en parte, por el riesgo potencial de adquirir vehículos con antecedentes legales o técnicos cuestionables, como fraudes, alteración de kilometrajes o problemas de documentación. Con el auge del mercado y la profesionalización de los procesos, tanto vendedores como plataformas especializadas han implementado sistemas de revisión y peritaje, así como servicios legales y financieros integrados.
Asimismo, ferias y eventos sectoriales, como la feria Nextcar 2025, han jugado un papel clave al ofrecer certificaciones, revisiones detalladas y garantías ampliadas. El fortalecimiento de estos mecanismos es esencial para sostener la confianza de los consumidores y mantener la reputación del mercado colombiano como uno de los más dinámicos y confiables en la región.
¿Qué significa “experiencia phygital” y cómo ha transformado la compra de vehículos usados?
Contexto: El término “phygital” describe la convergencia de los canales físicos y digitales en la experiencia de compra. En el ámbito automotor, esto implica que el consumidor puede investigar, comparar precios y condiciones, consultar garantías y tramitar partes del proceso de compra en línea, mientras que otras etapas —como la inspección física y prueba del vehículo— se realizan presencialmente.
La adopción de estrategias phygital en el mercado de usados colombiano ha mejorado significativamente la transparencia, la rapidez y la seguridad en las transacciones. Esta transformación ha beneficiado tanto a compradores como a vendedores, eliminando intermediarios dudosos y permitiendo el acceso a información más confiable, además de agilizar los trámites legales y de financiamiento, adaptando la experiencia a las exigencias de la era digital.
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