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Durante el foro "Legados para una Bogotá mejor preparada para enfrentar el cambio climático", convocado por Foros El Espectador y la Secretaría Distrital de Ambiente, expertos de distintos sectores debatieron sobre la oportunidad estratégica que tiene Bogotá para restaurar y conservar áreas protegidas, apoyándose en la Transferencia de Derechos de Construcción y Desarrollo (TDC), un instrumento pionero en el país. Este mecanismo ha cobrado relevancia en un momento decisivo para la capital, permitiendo que la protección ambiental y el desarrollo urbano avancen de manera conjunta, según destacó la secretaria de Ambiente, Adriana Soto.
La TDC ya evidencia avances significativos: los propietarios de 36 predios, que suman 228,3 hectáreas en zonas de importancia ambiental, han manifestado su interés en aplicar esta herramienta. Particularmente relevante es la participación de 26 predios en la Reserva Forestal Thomas van der Hammen, que representan 199 hectáreas susceptibles de restauración y conservación. Soto enfatizó que gracias a este modelo, la restauración de áreas críticas, que avanzaba lentamente, podrá escalar de manera considerable, mejorando la capacidad de la ciudad para adaptarse a la crisis climática.
El proceso funciona mediante la entrega voluntaria de predios a la Secretaría de Ambiente. A cambio, los propietarios reciben certificados de metros cuadrados edificables para usarse en distintas zonas urbanas de Bogotá, como la Zona Industrial y Montevideo. Según Soto, existen hasta 5,2 millones de metros cuadrados en la ciudad listos para la construcción de viviendas de interés social y de otros tipos, lo cual dinamiza la renovación urbana mientras permite resguardar los ecosistemas estratégicos.
La meta para 2027 es lograr la transferencia de 350 hectáreas ambientales hacia la Secretaría de Ambiente, consolidando el vínculo entre planeación urbana y objetivos de conservación, y fomentando la corresponsabilidad entre privados, constructores y ciudadanía, en pro de una ciudad sostenible y resiliente.
Referentes académicos como Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN, resaltaron la TDC como una fórmula innovadora para restituir los servicios ecosistémicos en la ciudad. Si bien su primer antecedente normativo ocurrió hace casi tres décadas, solo en los últimos dos años se instauraron reglas claras para su implementación. Juan Carlos Rivera, director de Economía y Gobierno de esa universidad, subrayó que el valor ambiental de un predio se convierte en un activo transable gracias a la transferencia de derechos de construcción, generando incentivos reales para la restauración ambiental.
Durante los paneles, se destacó la relevancia de alianzas entre universidades, organizaciones no gubernamentales y centros de investigación para ampliar el impacto del mecanismo, así como la necesidad de que cada ecosistema cuente con estrategias específicas de restauración, explicó María Claudia García, directora del Jardín Botánico de Bogotá. Germán Andrade, Rodrigo Suárez, Beatriz Helena Laverde y Henry Garay aportaron perspectivas sobre el papel de la institucionalidad y el dinamismo de las ciudades en el éxito de la restauración ambiental.
Al cierre del evento, Emilio Rodríguez, subsecretario de Gestión Ambiental, reiteró la importancia de la corresponsabilidad de todos los actores sociales. Resaltó que mediante la TDC la ciudad logra la recuperación de áreas ambientales, mientras la ciudadanía accede a viviendas de calidad en zonas urbanas renovadas, consolidando así un ejercicio de retorno social.
¿Qué es exactamente la Transferencia de Derechos de Construcción y Desarrollo (TDC)?
La Transferencia de Derechos de Construcción y Desarrollo es un mecanismo por el cual los propietarios de predios ubicados en áreas de alta importancia ambiental pueden transferir voluntariamente sus derechos de edificar en esas zonas a otros sectores de la ciudad con destino para desarrollo urbano. Según lo explicado por los panelistas y la Secretaría de Ambiente en el foro, una vez entregados estos predios a las autoridades ambientales, los propietarios reciben certificados que les permiten construir en lugares específicos, dentro de lineamientos de desarrollo y renovación urbana definidos por la ciudad.
Este esquema busca proteger los ecosistemas estratégicos de la expansión urbana desordenada, incentivar la restauración y conservación mediante beneficios tangibles para los dueños de tierras, y facilitar la planeación urbana sostenible. Al promover la colaboración entre sociedad, sector público y privado, la TDC se posiciona como un modelo innovador para otras regiones interesadas en equilibrar la conservación ambiental y las necesidades de crecimiento urbano.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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