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Las recientes interceptaciones telefónicas realizadas por la Fiscalía General de la Nación han sacado a la luz detalles inéditos sobre la manera como Michael Brayan Reyes Naranjo, conocido como alias Brayan y cabecilla de la organización criminal Tren de Aragua, logró mantener el control y la coordinación de actividades delictivas en Bogotá, a pesar de encontrarse privado de la libertad en la cárcel La Picota. Estas grabaciones, cuyo seguimiento fue autorizado y empezó desde antes de su captura, documentan cómo utilizó llamadas y videollamadas para comunicarse con otros miembros de la red criminal. A través de estos medios, alias Brayan siguió impartiendo instrucciones para la organización de extorsiones, amenazas y disputas internas, lo que ilustró la persistencia e influencia de las actividades del Tren de Aragua desde el interior del sistema penitenciario.
De acuerdo con información publicada por El Tiempo, la interceptación telefónica se inició en febrero de 2023. Durante varias conversaciones, el cabecilla no solo se refería abiertamente a luchas internas dentro del grupo, sino también a acciones de traición y rivalidad entre sus integrantes. Alias Brayan incluso llegó a manifestar que había entregado datos a las autoridades sobre otros miembros con los que mantenía enfrentamientos, asegurando que la Fiscalía ya tenía conocimiento pleno de los delitos cometidos en establecimientos bajo el dominio de la organización.
Reyes Naranjo, además, dejó evidencia en estas conversaciones de que gozaba de cierta comodidad en la cárcel, alardeando ante sus subordinados sobre su calidad de vida y el acceso a videollamadas. También aprovechaba estos espacios para advertir que podía comprometer judicialmente a diferentes miembros de la estructura, gracias a la información que poseía. Según la Fiscalía, Reyes Naranjo sostenía comunicación directa con Héctor Guerrero, alias Niño Guerrero, señalado como máximo líder del Tren de Aragua y quien continúa siendo buscado por la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), pues se presume que se refugia en Brasil.
Las mismas grabaciones permitieron descifrar la dinámica de extorsiones ejercidas por la organización sobre comerciantes y trabajadoras sexuales, especialmente en la zona conocida como la 38, en el barrio María Paz de la localidad de Kennedy, en el suroccidente de Bogotá. Un episodio evidenciado en las comunicaciones incluye amenazas de alias Brayan hacia un administrador de bar por resistirse a vender licor adulterado, producto que, según la investigación, distribuía la red en ese sector.
La Fiscalía, gracias a los testimonios y registros auditivos obtenidos, identificó el hotel Los Potrillos como epicentro clave de las operaciones criminales del Tren de Aragua. El inmueble no solo servía de alojamiento para cabecillas provenientes de Venezuela, sino que también funcionaba como escenario de reuniones estratégicas donde se planificaban asesinatos, exigencias extorsivas y la repartición de territorios relacionados con economías ilegales. El expediente judicial da cuenta de un hecho particularmente violento en ese lugar: un comerciante, Cristian David Monroy, fue torturado en el hotel por presiones relacionadas con cobros extorsivos y horas después su cuerpo apareció con heridas de arma de fuego en la localidad de Bosa.
Ante la contundencia del material probatorio reunido, la Fiscalía determinó imponer medidas cautelares de extinción de dominio al hotel Los Potrillos, avaluado en 1.000 millones de pesos, así como a otros cinco clubes asociados a la organización. Todos estos bienes fueron transferidos a la administración de la Sociedad de Activos Especiales mientras continúan las investigaciones. Actualmente, alias Brayan permanece recluido en el complejo carcelario y penitenciario de Ibagué, mientras la estructura del Tren de Aragua sigue bajo el escrutinio de las autoridades.
¿Qué es la extinción de dominio y cómo afecta a organizaciones criminales?
La extinción de dominio es una herramienta legal que permite a las autoridades incautar y transferir al Estado los bienes que han sido adquiridos o utilizados de manera ilícita, especialmente en el marco de actividades criminales. Su aplicación resulta clave en la lucha contra el crimen organizado, pues permite afectar la base financiera y el patrimonio económico de las estructuras delincuenciales. En el contexto del caso del Tren de Aragua, la Fiscalía decretó la extinción de dominio sobre el hotel Los Potrillos y otros inmuebles, cortando el flujo de recursos y el soporte logístico de la organización.
Este mecanismo permite que bien sea por medio de sentencias judiciales o medidas cautelares, aquellos inmuebles, vehículos, establecimientos comerciales y otros activos vinculados al delito pasen a la Sociedad de Activos Especiales. Así, no solo se combate el lucro criminal, sino que se busca desarticular el poder económico que sostiene a las organizaciones ilegales, privándolas de sus principales fuentes de financiación y debilitando su capacidad de operación.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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