El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
Un accidente de tránsito protagonizado por un camión cargado de explosivos en la calle 233 dejó en evidencia la fragilidad de la Autopista Norte, uno de los ejes viales más importantes para el transporte de carga y pasajeros hacia y desde la ciudad de Bogotá. El vehículo, partido en dos en pleno corredor, ocasionó un colapso absoluto de la vía, extendiendo sus efectos durante toda la jornada hasta cerca de las 3:00 de la tarde. Las aplicaciones de movilidad calcularon retrasos de hasta 70 minutos, impactando severamente los trayectos de miles de ciudadanos que transitan habitualmente por este tramo.
El episodio se produjo en un punto especialmente congestionado; el corredor entre las calles 191 y 245, en sentido norte-sur, operó durante varias horas reducido a únicamente dos carriles. Esta restricción provocó que se formara un cuello de botella mucho más acusado que en circunstancias normales, intensificando los problemas de tráfico. Las horas críticas en dicha autopista generalmente se registran entre las 7:00 y las 9:00 de la mañana y luego entre las 4:00 y 7:00 de la tarde, momentos del día en que el flujo vehicular alcanza sus máximos picos.
Sin embargo, el incidente del camión hizo que la congestión fuera excepcional, pues además del accidente se requirió un tratamiento especial por la naturaleza explosiva de la carga. Esto prolongó la intervención de las autoridades, demorando aún más el restablecimiento del tránsito y exacerbando el caos vehicular. La estructura misma de la autopista contribuye a la vulnerabilidad del corredor: cuenta solo con tres carriles por sentido, que deben ser compartidos por transporte mixto—es decir, particulares, buses públicos, bicicletas y vehículos escolares—lo que convierte cualquier incidente en un factor de trastorno inmediato para la fluidez de la vía.
Sumado a ello, la Autopista Norte enfrenta complicaciones adicionales en temporadas lluviosas. De acuerdo con lo reportado por El Espectador, los errores de diseño cometidos en los años 70, al construir esta vía sobre el humedal Torca-Guaymaral, la hacen propensa a inundaciones. En consecuencia, cada vez que hay precipitaciones intensas, la autopista se convierte en el ejemplo paradigmático de los problemas de infraestructura y planeación urbana que afectan la movilidad de Bogotá.
Estos factores convierten a la Autopista Norte en un escenario especialmente sensible a cualquier eventualidad, donde incidentes, ya sean menores o de mayor envergadura, logran desencadenar largos embotellamientos y desorden vial, reflejando los retos estructurales y de operación que enfrenta diariamente la movilidad en la capital colombiana.
¿Por qué la autopista Norte tiene solo tres carriles por sentido?La pregunta sobre la cantidad de carriles cobra relevancia a raíz de los constantes problemas de congestionamiento vehicular que se presentan en la Autopista Norte. Según lo expuesto en el artículo de El Espectador, esta vía se diseñó y construyó en la década de 1970 sobre el humedal Torca-Guaymaral, lo cual impuso limitaciones estructurales desde su origen.
El hecho de contar con solo tres carriles por sentido ha sido un factor determinante en la actual vulnerabilidad del corredor. Si bien en su momento la decisión pudo estar relacionada con consideraciones técnicas o restricciones ambientales, hoy sus repercusiones afectan significativamente la movilidad en Bogotá, especialmente en situaciones de emergencia o condiciones climáticas adversas.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO