“Los 4 monos que recibieron la vacuna en una dosis alta no tenían ningún rastro del virus en los pulmones siete días después de su contaminación”, aseguró la compañía biofarmacéutica.

Otros 4 monos, a los que se les administró la misma vacuna pero en dosis menores, tenían mayor carga viral en el organismo, pero también resistieron ante la enfermedad.

Estos resultados deben ser todavía validados por la comunidad científica.

Sinovac, una empresa que cotiza en el Nasdaq, inició sus ensayos clínicos de la misma vacuna en seres humanos el pasado 16 de abril. Solicitado por la AFP, el laboratorio no quiso hacer comentarios al respecto.

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“Se trata de los primeros datos serios que veo sobre una vacuna experimental”, comentó en Twitter Florian Krammer, virólogo de la escuela Icahn de medicina de Nueva York.

“La pregunta es si esta protección dura tiempo”, se preguntó la inmunóloga Lucy Walker, de la University College de Londres.

Además del experimiento de Sinovac, Pekín aprobó otros dos ensayos de vacunas, uno en Hong Kong y otro en Wuhan, donde brotó el patógeno a finales del año pasado.

El laboratorio estadounidense Moderna también anunció que estaba realizando un ensayo desde mediados de mayo.

Grupos farmacéuticos y los laboratorios del mundo entero libran una carrera contrarreloj para desarrollar tratamiento y una vacuna eficaces contra la COVID-19, que ha matado a más de 190.000 personas en el mundo. Se estima que una vacuna eficaz tardará en producirse entre 12 y 18 meses.