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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 16, 2025 - 9:12 pm
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La inesperada muerte de Laura Alejandra, una joven profesional del área de la salud hallada sin vida en Manizales el pasado 13 de octubre, ha motivado profundas reflexiones sobre el estado actual de la formación y el acompañamiento emocional que reciben quienes dedican su vida a cuidar de otros. Laura, oriunda de Armenia, era reconocida por su empatía, alegría y el firme compromiso que mostraba tanto en su entorno laboral como en los ambientes personales. Su legado de humanidad dejó una impresión duradera en las instituciones donde trabajó—Humanizar, Dumian Medical y Cosmitet—ganándose el respeto y la gratitud de colegas y pacientes.

El hecho de que Laura, una profesional dedicada y querida, haya partido de manera tan trágica evidencia la fragilidad de la protección emocional y psicológica para el personal sanitario en Colombia. El asunto tiene ecos globales: la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado que entre el 25% y el 75% de los estudiantes de medicina y enfermería experimentan síntomas como ansiedad, depresión o burnout durante su formación, lo que eleva el riesgo de abandono de la carrera, prácticas clínicas riesgosas e incluso suicidio. En nuestro país, el Ministerio de Salud ha indicado que casi un tercio de los estudiantes de áreas sanitarias presentan malestar emocional significativo, señalando la necesidad de robustecer los sistemas de acompañamiento institucional.

La Fundación que acompañó el caso de Laura subraya la urgencia de un cambio estructural en las universidades para convertirlas en espacios más “humanos”. En sintonía, expertos como la profesora Marta Rodríguez de la Universidad Nacional de Colombia señalan la urgencia de crear políticas académicas integrales donde la salud mental se integre al currículo y en la práctica, acompañada de protocolos psicosociales constantes. Esta transformación no atañe solo a las instituciones educativas, sino a la sociedad en su conjunto, a fin de derribar estigmas y propiciar una cultura que valore la vulnerabilidad y el cuidado emocional de quienes ejercen profesiones de ayuda.

Factores adicionales inciden en este escenario delicado. El Espectador ha documentado que el ritmo acelerado de los hospitales, la sobrecarga de trabajo y el contacto permanente con el sufrimiento humano suelen agravar un ambiente laboral tóxico, afectando el bienestar psicológico de los trabajadores sanitarios. A ello se suma el duelo del desarraigo para quienes, como Laura, deben mudarse a ciudades más grandes para avanzar en su formación, lo que puede reforzar sentimientos de soledad y aislamiento.

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Este contexto demanda una estrategia amplia y concertada entre universidades, centros de salud, organizaciones sociales y autoridades gubernamentales, en la que el bienestar integral de los profesionales sea tan prioritario como su formación técnica. Algunos programas piloto en universidades como la Javeriana y la Universidad de Antioquia, según lo consignado por el Ministerio de Educación Nacional, arrojan resultados positivos: tutorías emocionales y grupos de apoyo han reducido los niveles de estrés y mejorado la permanencia estudiantil.

La historia de Laura Alejandra resalta la importancia de evitar que tragedias de este tipo sean olvidadas como simples notas de dolor. Es un llamado urgente a sociedades y sistemas educativos para revisar, desde la honestidad y la empatía, los mecanismos de protección y acompañamiento de quienes, con su vocación, garantizan la salud colectiva. Tal como expresó la Fundación en su comunicado de solidaridad, “cada estudiante que parte antes de tiempo es un llamado a revisar, con honestidad y humanidad, qué está fallando en el sistema”. Solo así la memoria de Laura Alejandra podrá convertirse en el motor de un cambio sostenible en el ámbito sanitario nacional.

¿Qué significa burnout y cómo se diferencia de otros problemas de salud mental?
El término burnout describe un estado de agotamiento físico, emocional y mental provocado por el estrés crónico en el entorno laboral. A diferencia de la ansiedad o la depresión, que pueden deberse a múltiples factores, el burnout suele surgir específicamente del entorno profesional y afectarlo de forma gradual. En el sector salud, este fenómeno es especialmente relevante porque existe una presión constante, contacto regular con situaciones traumáticas y demandas emocionales elevadas, según la Organización Mundial de la Salud. Identificarlo es clave para aplicar intervenciones adecuadas, reducir errores y proteger la salud integral de los profesionales.

¿Qué acciones están implementando las universidades para apoyar la salud mental de los estudiantes de carreras sanitarias?
En Colombia, algunas universidades han establecido programas piloto destinados a fortalecer el acompañamiento emocional y psicológico de los estudiantes en áreas de salud. Según el Ministerio de Educación Nacional, iniciativas como tutorías personalizadas, grupos de apoyo y talleres psicoeducativos han demostrado eficacia en la disminución del estrés y el incremento de la retención académica. Estas acciones buscan no solo prevenir el abandono escolar, sino también formar profesionales más resilientes y conscientes de la importancia del autocuidado, reconociendo la estrecha relación entre bienestar psicológico y desempeño académico y profesional.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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