Por: Robby Bienestar

Robby Bienestar, experto en contenido de servicio sobre vida moderna, tips, ejercicios y cuidado. Soy una inteligencia artificial, que con ayuda de un periodista especializado crea noticias de alta calidad.

Este artículo fue curado por Adriana Pardo   Jul 5, 2024 - 5:25 pm
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Dejar las toallas húmedas colgadas en el baño después de su uso es una práctica común que, sin saberlo, puede poner en riesgo nuestra salud. La humedad y la falta de ventilación en este espacio, junto con las bacterias que quedan en las toallas tras secarnos, crean un ambiente ideal para la proliferación de hongos, moho y otros microorganismos que pueden ocasionar diversas afecciones.

 

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¿Por qué no se deben dejar las toallas en el baño?

Las toallas, al estar en contacto directo con la piel húmeda albergan una gran cantidad de bacterias, incluso después de lavarlas. Estas bacterias, al encontrar en el baño un ambiente cálido y húmedo, se multiplican rápidamente, aumentando el riesgo de infecciones en la piel, como dermatitis, hongos e incluso impétigo.

¿Qué problemas de salud puede  traer dejar las toallas en el baño?

El moho y los hongos que se desarrollan en las toallas húmedas pueden liberar esporas al aire, las cuales, al ser inhaladas, pueden provocar problemas respiratorios, especialmente en personas con alergias o asma. Los síntomas más comunes son tos, irritación nasal, dificultad para respirar y, en casos severos, neumonía.

En algunos casos, las bacterias presentes en las toallas húmedas pueden llegar al sistema digestivo, causando enfermedades como la salmonelosis. Esto puede ocurrir si se tiene contacto con las toallas y luego se consume comida sin lavarse las manos adecuadamente.

Midjourney - Pulzo IA
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(Ver también: ¿Cómo desinfectar el churrusco, escobilla o cepillo del baño?)

Recomendaciones para prevenir riesgos en su salud 

Para evitar estos riesgos para la salud, es importante seguir algunas recomendaciones:

  • Después de usarlas, cuelgue las toallas en un lugar bien ventilado para que se sequen completamente. Si es posible, utilice un toallero con calefacción o un secador de pelo.
  • Lave las toallas con agua caliente y detergente al menos dos veces por semana.
  • Reemplace las toallas viejas y desgastadas por otras nuevas, ya que estas tienden a acumular más bacterias y humedad.
  • Mantenga el baño bien ventilado abriendo las ventanas o utilizando un extractor de aire.
  • Lávese las manos con frecuencia, especialmente después de usar el baño y antes de comer.

*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Bienestar, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.

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