Entre las diferentes razas de perros que hay en el mundo, existen varias que tienen pelaje predominantemente blanco. Estos perros suelen tener la piel muy clara, por tal razón necesitan un cuidado extra si se quiere mantener un pelaje blanco, reluciente y brillante. Hay muchos factores que pueden hacer que este se torne marrón y sucio.

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El baño y los cuidados generales

Antes de cada baño, hay que cepillar bien el pelaje del perro. También se debe hacer de forma regular entre baño y baño. El cepillado ayuda a eliminar buena parte de la suciedad que puede manchar el pelo blanco así como la piel del animal.

Para el baño debemos elegir un champú que realce el blanco natural de nuestro perro. Existen muchas marcas y variedades comerciales de este tipo de champús. Los productos comerciales llevan la combinación óptima de ingredientes para limpiar y a la vez cuidar la salud de piel y cabello.

Debemos enjuagar muy bien el champú y secar muy bien. Cuándo el perro esté completamente seco podemos aplicar almidón de maíz. El almidón de maíz blanquea el pelaje. Ponemos un poco en la mano y lo frotamos sobre el perro hasta que deje de salir polvo.

Entre un baño y otro, además del cepillado, podemos utilizar un champú seco para perros. El champú seco se frota sobre el pelo del animal y elimina la suciedad.

Limpieza de las manchas oculares de los perros

Las manchas debajo de los ojos son muy frecuentes en todos los perros. Las secreciones oculares van manchando la zona del lacrimal y la mancha acaba extendiéndose hacia abajo.

Para limpiar estas manchas no hay nada mejor que utilizar unas toallitas especiales para limpiar esta zona. Estas toallitas vienen humedecidas con un producto limpiador especial para las manchas de los lacrimales. Hay que pasar la toallita de forma suave; lo más normal es que al perro no le guste nada.

Si no se quiere comprar ningún producto, o prefiere los caseros, puede fabricar su propio blanqueador o limpiador casero para las manchas oculares de los perros.

La receta es sencilla, se mezcla agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) y almidón de maíz a partes iguales en un pequeño recipiente. Mezclamos bien hasta formar una pasta. Aplicamos esta pasta en la zona de la mancha del lacrimal, teniendo mucho cuidado de no ponerla directamente en los ojos o de que esta haga contacto con los mismos.

Los copitos de algodón pueden ser más efectivos para aplicar la pasta con más precisión. Dejamos actuar un par de horas y luego enjuagamos muy bien. Mientras dejamos actuar la loción blanqueante tenemos que distraer al perro para que no se quite la pasta ni se la restriegue por los ojos.

Hay que tener en cuenta: no es lo mismo una mascota de pelo blanco que una albina. Sus cuidados estarán condicionados por ello y cada cosa requiere que tomemos unas medidas, ya que existen ciertas diferencias. Los cuidados varían según el grupo al que pertenezcan.

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Blanco no significa sucio

Un perro de pelo blanco no tiene porqué ser sinónimo de perro sucio. Es cierto que, según la zona y los cuidados que reciban, estarán más tiempo blancos y limpios, pero eso no quiere decir que siempre va a estar sucio.

El perro de manto blanco que vive en la ciudad se ensucia bastante. Tiende a tener un pelo con un tono grisáceo, la causa no es otra que las condiciones ambientales en las que se mueve, como lo son las aceras de la ciudad, la contaminación ambiental, y un sin fin de causas que los urbanitas se ven obligados a padecer.

El propietario debe que tener claro es que dicha suciedad no tiñe el pelo del perro, con un buen lavado estará solucionado el problema. Aunque para evitar bañarlos diariamente, se aconseja el uso de champús en seco, y una vez al día en las manos, pies y barbas nos mantendrán el pelo en mejor estado, además del cepillado diario de éstos.

No por ser de pelo blanco se debe aumentar la frecuencia de los baños. En este caso, el baño mensual en peluquerías especializadas o en casa es igual para perros de pelo blanco o de cualquier color. Es importantísimo el asesoramiento de un estilista canino para no dañar el manto ni la piel de la mascota.

Pelo oxidado o deteriorado

En el caso de los perros que presentan pelo blanco en los lagrimales, barbas o zonas genitales, la tonalidad tiende a ser de un color amarillento y en casos extremos marrón oscuro.

A este pelo se le denomina un pelo oxidado o deteriorado por agentes externos, como la lágrima, la cual es salada, o el orín, que es muy ácido en algunos casos.

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Lagrimales, genitales y barbas

En el caso de los lagrimales, siempre tendremos que acudir a un veterinario oftalmólogo para ver si se encuentran obstruidos. Si no es así, se deben lavar con mucho cuidado y asesoramiento veterinario y con productos especiales.

En el caso de los genitales, un buen truco es mantener la zona limpia. Justo después de volver del paseo, limpiaremos esta zona con toallitas limpiadoras. En casos muy extremos, con perros de pelo largo, es recomendable recogerlo con moñas antes de salir a pasear.

En el caso de las barbas, el continuo roce con el agua y el alimento es la causa fundamental de dicha oxidación. Por esa razón se torna de color amarillo o café.

Para evitar ese deterioro, es conveniente secarle las barbas al canino después de que este beba agua y lavarlas luego de cada comida.

Todas estas alteraciones de color se pueden tratar de una forma continua con tratamientos a base de champús intensificadores de color que nos puede recomendar un profesional del grooming.