La pérdida del pelo en los perros obedece a causas muy diversas, la mayoría dependientes de algún desorden orgánico, aunque puede ocurrir también como condición fisiológica de la muda del pelaje o estar influenciada por descuido en la higienización, o deficientes e inadecuadas prácticas en el cepillado y baño.
La forma, frecuencia, duración, tiempo de exposición y temperatura del agua, productos utilizados y los métodos de secado empleados en los baños, llegan a ser causa frecuente e inductora de alteraciones y daños sobre la piel y en consecuencia sobre el ciclo de crecimiento e integridad del pelo.
En el estado y condición de la piel y el pelo se expresan enfermedades de diverso origen: Alteraciones en los sistemas de defensa (pacientes inmunosuprimidos), disturbios o imbalances hormonales (endocrinos), desordenes inmunológicos, enfermedades congénitas y/o hereditarias, alteraciones en el ciclo del crecimiento del pelo primarias o secundarias, causas infecciosas, enfermedades degenerativas (cáncer), stress, ansiedad, estados parasitarios interno y/o externo (endo y ectoparsitismos), que impactan severamente la salud. Es también una de las más frecuentes causas, la relacionada con la alimentación, ya sea por malnutrición, subnutrición o franca desnutrición, pues la calidad y cantidad de nutrientes suministrados, debe estar acorde con la edad, raza y condición fisiológica del perro.
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Sin embargo, en la mayoría de las oportunidades el factor generador de esta condición es dependiente de alguna enfermedad directa de la piel, o puede ser manifestación dermatológica secundaria a una enfermedad en algún otro sistema corporal, con expresión en la piel y en el pelaje como sistema centinela que es de cualquier desorden orgánico.
Algunos desordenes de la capa (pelaje), se observan más frecuentemente en ciertas razas y algunas veces en sus cruces, por lo tanto el médico siempre deberá realizar y obtener una profunda información antecedente, acerca del inicio y localización topográfica del desorden, tiempo y forma de progresión, estacionalidad, entorno-habitat, enfermedades previas, procedimientos médicos o cirugías precedentes, medicamentos o suplementos prescritos o empíricamente suministrados, calidad del alimento ofrecido, cambios en la dieta, mezclas, oferta de bocados caseros, en fin, será siempre fundamental una completa, ordenada y secuencial pesquisa anamnésica.
Dependiendo de la localización del estímulo causante del picor, responden con una o más de las 5 formas o maneras a las que recurren no solo los perros, sino también otras especies de mamíferos incluido el hombre para mitigar el prurito en su piel.
La experticia dermatológica del autor le permite asegurar que en la gran mayoría de los pacientes presentados a consulta por anormal pérdida de pelo (persistente y abundante), más allá de las causas fisiológicas, las más frecuentes, son inducidas regularmente por inadecuadas prácticas alimentarias, presencia de ecto y endoparasitismos incorrectamente controlados o no controlados y/o re-infestaciones permanentes. (Principalmente en cachorros y adultos jóvenes).
En nuestro país, la población de pulgas presenta un mínimo constante y en ciertas épocas del año se incrementa, (nunca disminuye), por ello el control debe ser permanente, empleando productos individualizados según el paciente.
Este molesto ectoparásito genera, agrava y perpetúa el daño autoinfligido sobre la piel y el pelo de todos sus hospederos, pero constituye factor crítico en los perros con hipersensibilidad a su picadura.
Es la DAP – Dermatitis Alérgica a la picadura de pulga, la causa más frecuente de alergia en los pacientes caninos y constituye el detonante más común de las crisis en los pacientes atópicos. Cuatro de cada cinco perros afectados por DAC – Dermatitis Atópica Canina, padecen a la vez DAP
La anormal caída o perdida franca del pelo, no se debe dejar persistir, sin explicación y diagnóstico, pues constituye en la mayoría de las oportunidades un signo clínico precoz de dermatopatía primaria o secundaria, que requiere tratamiento y solución temprana, con el propósito de evitar grave deterioro de la piel y mayores complicaciones para el binomio paciente-propietario.
No siempre las pérdidas anormales de pelo son debidas a alteración primaria en el ciclo de crecimiento del mismo, sino que un importante número de casos son consecuencia de auto-trauma secundario, en aquellas patologías generadoras de PICOR, que inducen respuesta por parte del paciente tratando de mitigar esa desagradable y nociva sensación, ya sea: rascándose, mordiéndose, frotándose, macerándose o lamiéndose, 5 diferentes formas de responder al estímulo, dando origen entonces, a un deterioro aditivo de la piel y caída o pérdida del pelaje-capa, por causa traumática
Por todo lo anterior, es imperioso considerar integralmente todas las posibles causas generadoras de esta manifestación dermatológica, confirmarlas o descartarlas, para ofrecer la terapia y correctivos de manejo óptimos para el animalito, proporcionando solución a la necesidad sentida por su(s) propietario(s).
Dr. Laureano Rodríguez Beltrán
Dr. en M.V. Universidad Nacional de Colombia. Socio Fundador y Pleno, Miembro de la Comisión Directiva de la SLDV
Sociedad Latinoamericana de Dermatología Veterinaria. – Socio Activo de la ESVD – Sociedad Europea de Dermatología Veterinaria. Socio Activo de le SBDV – Sociedad Brasilera de Dermatología Veterinaria. – Área de dedicación exclusiva – DERMATOLOGIA Perros y Gatos
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