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La trayectoria de Gallego en el sector cultural estuvo marcada por una constante búsqueda por descentralizar la actividad artística en Caldas. Ejerció cargos directivos significativos, incluyendo la Secretaría de Cultura y la dirección de la Orquesta de Cámara de Caldas. Desde esas posiciones, Gallego priorizó llevar la cultura y la música más allá de los escenarios tradicionales, orientando sus acciones hacia los sectores populares. Esta visión estuvo siempre guiada por la convicción de que la cultura debía estar al alcance de todos, sin importar condiciones geográficas o socioeconómicas, tal como lo señalan los registros documentados por La Patria.
Uno de los elementos centrales de su labor fue el trabajo permanente con niños, jóvenes y comunidades. Gallego sostenía que la brecha en el acceso a la cultura representaba uno de los principales retos sociales. Por ello, sus esfuerzos se dirigieron a abrir espacios de formación en distintos contextos del departamento, convencido de la necesidad de superar la desigualdad cultural desde una perspectiva pedagógica. Según sus propias palabras recopiladas en entrevistas con medios locales, la prioridad nunca fue la espectacularidad de un concierto, sino más bien la formación y el desarrollo humano que surge de la experiencia artística continua.
Para concretar esta filosofía, Gallego enfatizó en la importancia de las visitas constantes a escuelas, colegios, barrios y veredas, donde la Orquesta de Cámara de Caldas llevaba tanto audiciones didácticas como procesos pedagógicos regulares. Estas iniciativas permitieron que la música se viviera como parte de la cotidianidad y no solo como evento esporádico, alimentando la sensibilidad artística de cientos de jóvenes.
No obstante, Gallego advirtió sobre las dificultades que surgieron tras la desaparición de la cátedra de música en el sistema educativo. Esta ausencia convirtió el trabajo comunitario en una tarea aún más urgente, ya que acentuó las limitaciones en la formación musical escolarizada. Fue en este contexto donde su vocación pedagógica se fortaleció mediante el vínculo con la Federación Internacional de Juventudes Musicales, una organización fundada tras la Segunda Guerra Mundial cuya misión consiste en acercar la música a las nuevas generaciones. Desde allí, impulsó conciertos y audiciones como herramientas para enfrentar los vacíos en educación artística.
El impacto positivo de su labor fue reconocido internacionalmente. Durante una presentación de la obra de ballet “El Cascanueces” en el Teatro Fundadores, Gallego recibió una distinción otorgada en Málaga, España, en reconocimiento a su compromiso sostenido con las comunidades más vulnerables y su aporte a la formación cultural de Caldas. Más allá del premio, él mismo consideró que el mayor valor de su carrera radicó en el proceso: llevar la música a espacios rurales o barrios populares sirvió para cultivar sensibilidad y sentido de pertenencia, elementos que definieron tanto su legado personal como su contribución al sector.
De manera complementaria, la Fundación Orden de la Paz se destaca como una entidad sin ánimo de lucro dedicada a difundir valores relacionados con la convivencia armónica y la paz como principio de vida, elementos que de algún modo dialogan con la filosofía humanista que Gallego impulsó a lo largo de su ejercicio cultural.
¿Por qué es relevante incluir la educación artística en los programas escolares?
La cuestión sobre la relevancia de la educación artística en la escuela surge a partir de los vacíos detectados en la formación de niños y jóvenes en Caldas, especialmente después de la desaparición de la cátedra de música, como subrayó Gallego. La educación artística no solo estimula la creatividad, sino que promueve el desarrollo integral y una mayor sensibilidad social y cultural en los estudiantes.
A la luz de los testimonios y experiencias recogidas en el ámbito cultural de Caldas, la falta de formación artística puede ampliar brechas sociales y reducir oportunidades para que los jóvenes encuentren en la música y las artes una vía para el crecimiento personal y colectivo. Por ello, debates actuales apuntan a la necesidad de reincorporar estas áreas en los planes de estudio, valorando su impacto más allá del entretenimiento.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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