La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que consumir grandes cantidades de sal podría aumentar los niveles de estrés y ansiedad en el ser humano, además de estar relacionada con problemas de presión arterial.

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En ese sentido, Stefanny Díaz, nutricionista de la clínica Anglo Americana, señaló en El Comercio que consumir demasiada sal aumenta el cortisol, hormona del estrés que al mismo tiempo puede estar siendo afectada por estímulos como la preocupación o la tristeza.

“El azúcar también puede tener cantidades de sodio elevadas o en exceso de grasas saturadas y afecta a esta hormona. Cuando esta hormona se ve afectada, perjudica a los órganos del cuerpo”, afirmó Díaz al diario.

 

Por otro lado, la nutricionista explicó que el exceso de sodio en el cuerpo puede desencadenar enfermedades vasculares, es decir que cualquier órgano en donde pase un vaso sanguíneo o renal pude resultar afectado.

“Su consumo excesivo puede dañar al corazón, riñón y cerebro. Incluso podría alterar también el hígado cuando ya hay una enfermedad de fondo como la cirrosis. Asimismo, el exceso de sodio puede generar cierta hipertensión en algunas arterias y venas que tienen mucha relación con el hígado“, detalló el portal.

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Qué pasa con la sal en el cuerpo

La sal es un aditivo que es utilizado para darle sabor a las comidas y está compuesta por cloro y sodio. Este último elemento sirve en el metabolismo para las siguientes 3 cosas:

  • Beneficia a los impulsos nerviosos.
  • Permite el funcionamiento normal de las células.
  • Balance hídrico en todo el cuerpo.
Sin embargo, como su ingesta excesiva podría traer graves consecuencias para la salud, la Organización Mundial de la Salud recomendó que el consumo de sal no debe sobrepasar los 5 gramos diarios.

“Si pensamos muy bien en todo lo que comemos en el día, sumándole los productos [que tienen] un octágono que dice ‘alto en sodio’. Se estima que la población mundial consume entre 10 a 15 gramos de sal al día”, aseguró Díaz.

 

Ahora, aunque la sal marina también tiene sodio en su composición, suele ser más limpia porque no es tan procesada y aporta otro tipo de minerales. Otro elemento que hay que tener en cuenta es la cantidad de flúor que contiene la sal para evitar enfermedades óseas que producen dolores articulares.

“La cantidad de flúor que debería haber por cada kilo de sal sería entre 200 a 250 miligramos”, enfatizó.