Durante el embarazo es primordial conocer cuál es el Índice de Masa Corporal (IMC), ya que, eso es muy alto puede existir un impacto tanto en la salud de la embarazada como en la de su bebé.

En términos generales, un alto IMC puede provocar obesidad, es decir, una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, generando, principalmente, un desequilibrio entre el ingreso y gasto de calorías en el cuerpo.

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Riesgos por la obesidad en el embarazo

La afectación del IMC puede afectar la fertilidad de la mujer al inhibir la ovulación regular, e incluso se corre un mayor riesgo de no tener éxito en la fertilización in vitro.

También se pueden evidenciar dificultades en la hipertensión arterial y daños en órganos como el hígado y los riñones.

Además, puede haber una mayor exposición al riesgo de sufrir una diabetes gestacional, condición en los niveles de azúcar suben de manera drástica en el cuerpo de la madre.

Es importante diagnosticar a tiempo cualquiera de estas afectaciones, ya que es necesario que la mujer reciba un tratamiento oportuno y en el tiempo correcto con el fin de o controlar los niveles de azúcar en la sangre, o reducir el riesgo de posibles complicaciones.

Las intervenciones pueden abordarse desde diferentes frentes, como incluir cambios en la dieta, ejercicio físico, y medicamentos para reducir el nivel de azúcar en la sangre.

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Por otro lado, es importante tener presente las implicaciones del sobrepeso en la salud del bebé, en detalle: posibles afectaciones por trastornos congénitos, problemas de crecimiento, asma y obesidad infantil, problemas cognitivos y retraso en el desarrollo.

Cabe destacar que las Enfermedades No Transmisibles (ENT) tales como la obesidad y el sobrepeso son afectaciones de larga duración y representan una de las causas principales de muerte en todo el mundo, con aproximadamente 41 millones de personas fallecidas todos los años, lo que equivale al 74 % de todas las muertes a nivel mundial.

La Organización Mundial de la Salud ha identificado la necesidad de una acción primordial de prevención y control basada desde un enfoque global, que involucre a todos los sectores, incluyendo el de la salud, deben estar involucrados para promover intervenciones preventivas y controladas.

“El diagnóstico oportuno de la obesidad juega un papel fundamental para atender y abordar el problema a tiempo porque en la mayoría de los casos se atiende a mujeres que ya presentan un estado crítico, y ante ello, debemos generar conciencia para que se acuda a los profesionales de la salud para dar a conocer la existencia de tratamientos seguros y efectivos” señala Helida Silva, Directora de Asuntos Médicos para Siemens Healthineers, Latinoamérica.