María Carolina Hoyos, hermana del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, dialogó con Roberto Pombo en el programa ‘Mis Preguntas’, de Caracol Radio, sobre el atentado reciente contra el político, hechos que removieron dolorosos recuerdos personales y familiares. En medio de la tragedia, reconstruye la figura humana y familiar de Uribe Turbay y reflexiona sobre la situación actual de la violencia en Colombia.
La noticia del intento de homicidio contra su hermano la tomó por sorpresa mientras finalizaba el Camino de Santiago. “Pensé que era un error o una noticia antigua”, manifestó en conversación con Pombo. Sin embargo, la realidad pronto la golpeó y se vio inmersa en un intenso dolor. A pesar de la adversidad, mantiene su esperanza en la recuperación de Miguel Uribe, quien se encuentra en estado crítico, pero con un pronóstico favorable, al ser parte del reducido número de personas que sobreviven a un atentado de esta naturaleza.
La relación con su hermano, según compartió en la entrevista, siempre ha sido cercana y llena de afecto, a pesar de las dificultades que atravesaron tras la muerte de su madre, Dina Turbay, producto de la violencia política en el país. Enfrentaron juntos el dolor de la pérdida y la separación, respaldados por su abuela, quien fue un pilar en el mantenimiento del vínculo familiar.
Hoy, María Carolina, más que una hermana, se siente una madre para Miguel. Ante la crisis actual, su preocupación no recae en la política, sino en la recuperación de su hermano. “Miguel es un ser humano antes que un político, es un esposo, es un padre… Quiero verlo hablar y cantar de nuevo”, declaró a la citada emisora. Asegura que, más allá de las connotaciones políticas, este atentado representa una tragedia personal y familiar.
En cuanto a su estado de salud, Hoyos ha contado qué es lo más difícil de esta experiencia que viven como familia: “Lógicamente verlo es muy doloroso, ver a una persona que uno quiere tanto, que es como su hijo, en una cama, en coma, lleno de aparatos, es muy doloroso, pero he leído tantos casos de milagros que estoy más que esperanzada y convencida que en este caso de Miguel va a haber un milagro o ya se está dando”.
Además, la hermana también dio detalles de la charla que tuvo con el médico Fernando Hakim, quien le dio un parte alentador sobre lo que ha estado pasando: “El 98% de las personas que tienen una lesión como la que tuvo mi hermano mueren, es decir nosotros estamos en el 2%, eso es parte de nuestro milagro”.
Su experiencia personal y la de su familia han consolidado en ella un firme compromiso con la paz. Aunque creyó haber superado las peores etapas del conflicto tras la muerte de su madre, considera que la “inmunidad” a la violencia no existe. Sin embargo, mantiene la convicción de que la paz es posible y necesaria para el desarrollo del país.
Respecto al futuro político de su hermano, enfatiza que esta decisión le compete únicamente a él, pero que, como familia, respetarán sus decisiones y lo apoyarán en su recuperación. A pesar del dolor que la envuelve, María Carolina se aferra al amor y la cercanía que comparten, a las esperanzas y a la fe en un futuro sin violencia para su hermano y para Colombia.
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