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Este artículo fue curado por pulzo   Dic 15, 2025 - 6:21 am
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La época navideña representa para muchas familias un momento de unión y celebración, especialmente en hogares con niños, para quienes la experiencia de recibir y abrir regalos se transforma en un ritual significativo y lleno de emoción. Según destaca la Universidad Internacional de Valencia (VIU) en su artículo "¿Qué aprenden los niños cuando reciben regalos en Navidad? Claves para fomentar el valor emocional de esta tradición", participar en este acto puede convertirse en una oportunidad para educar emocionalmente a los más pequeños si se gestiona de manera consciente.

La doctora Rosa Domínguez Martín, profesora e investigadora en educación emocional y directora del Grado en Pedagogía de la VIU, subraya la importancia de no perder de vista el sentido profundo detrás del acto de regalar. Aunque los obsequios suelen asociarse al entretenimiento infantil, la especialista señala que para los niños un regalo va mucho más allá del objeto material. Según sus palabras, recibir un presente en Navidad activa en el cerebro infantil circuitos vinculados a la recompensa, al apego y a la sensación de ser querido; en otras palabras, el regalo actúa como un mensaje emocional que fortalece el lazo entre quien da y quien recibe.

No obstante, advierte la experta, si el ritual de los regalos se enfoca de manera desmedida en la cantidad o el valor económico de los presentes, pueden surgir efectos negativos como baja tolerancia a la frustración, saturación emocional o la formación de expectativas irreales. Por ello, se aconseja priorizar la calidad emocional del acto por encima del número o el precio de los regalos; este enfoque permite que los niños asocien el momento con gratitud, empatía y reflexión, más que con una recompensa material inmediata.

La Universidad Internacional de Valencia sugiere que el acto de dar regalos puede transformarse en un espacio de aprendizaje valioso. Proponer preguntas como "¿Quién habrá pensado en ti?" o "¿Cómo podemos agradecer este regalo?" ayuda a los niños a comprender el valor simbólico y afectivo del gesto. Igualmente, invitar a los pequeños a pensar en regalos para otras personas y participar en su preparación favorece el desarrollo de la empatía y el aprecio por el esfuerzo invertido en cada obsequio.

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En este contexto, la especialista recomienda limitar la cantidad de regalos, enfocándose en aquellos que realmente tengan significado para el niño, y compartir con ellos las razones de cada elección. Estrategias como regalar algo muy deseado, un libro y un juego para compartir pueden resultar efectivas. Adicionalmente, es fundamental el respaldo de todos los miembros de la familia para reforzar el sentido de esta práctica.

De acuerdo con cifras citadas en el artículo y que reporta la Universidad Internacional de Valencia, el mercado internacional de juguetes y juegos tradicionales alcanzó los 96,13 mil millones de dólares en el presente año, con una tendencia al alza y creciente preferencia por juguetes educativos y orientados al desarrollo. Sin embargo, el verdadero valor de la Navidad para los niños radica, según la VIU, en cómo experimentan el acto de dar y recibir, más que en los objetos que reciben. Existen implicaciones emocionales profundas en este ritual que los adultos deben vigilar para que el aprendizaje sea positivo y duradero.

¿De qué manera influyen los regalos de Navidad en la relación familiar?

Esta pregunta surge de la importancia que la Universidad Internacional de Valencia atribuye al acto de regalar como una oportunidad para fortalecer vínculos afectivos y valores positivos en el entorno familiar. El intercambio de presentes, cuando se acompaña de una intención consciente y un enfoque educativo, contribuye a forjar relaciones más sólidas entre padres e hijos al establecer un diálogo abierto sobre la gratitud, el aprecio y el reconocimiento del esfuerzo ajeno.

En ese sentido, focalizar el proceso de regalar en el significado emocional detrás del objeto, más que en su naturaleza material, puede favorecer la comunicación familiar y el sentido de pertenencia. La familia, de este modo, no sólo celebra la festividad sino que también construye recuerdos y aprendizajes que perduran más allá de la Navidad, reforzando lazos y transmitiendo valores esenciales para la vida en sociedad.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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