Escrito por:  Redacción Vivir Bien
Oct 14, 2025 - 7:13 pm

Hay tradiciones muy marcadas entre los residentes de la zona cundiboyacense y una de ellas es la referencia de tomar onces como forma para hablar de un momento del día para compartir alimentos.

Lo llamativo es que detrás de un término que carga una historia para buena parte de los colombianos, no solamente hay un momento de alimentación sino un relato que parece inesperado.

¿Qué significa tomar onces en Colombia?

La expresión ‘tomar onces’ en Colombia se refiere coloquialmente a una merienda ligera, generalmente en la tarde, que incluye bebida caliente (como café, chocolate o té) acompañada de pan, queso u otros productos de repostería. De hecho, la Real Academia Española define “hacer o tomar las once” como tomar un refrigerio ligero entre las once de la mañana y las doce del día, o en la tarde en ciertos países.

No obstante, detrás de esta frase cotidiana hay una versión tradicional poco conocida que sugiere un origen simbólico o ‘secreto’ religioso: según narraciones orales y algunas versiones, seminaristas franciscanos en Bogotá usaban esa frase como un código para consumir aguardiente, dado que esa palabra consta de once letras. Para no levantar sospechas en las restricciones monásticas, decían “vamos a tomar onces” para referirse discretamente al hecho de beber ese licor.

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Con el paso del tiempo, ese sentido codificado perdió fuerza y la expresión fue reinterpretada socialmente como una costumbre culinaria, desvinculada del alcohol. “Tomar onces” dejó de aludir a compartir licor entre religiosos y pasó a simbolizar en la cultura popular un momento de calor humano, charla y pausa gastronómica.

Hoy, tomar onces no implica ninguna práctica religiosa ni ritual oculta: es simplemente una tradición familiar o cultural que celebra el compartir una merienda entre amigos o en el hogar.

¿Cómo se le dice a tomar onces en diferentes regiones de Colombia?

En Antioquia, el término onces se usa, pero hay variantes como ‘el algo’ o ‘alguito’ que se emplean cuando la merienda es más liviana o informal. Esto sugiere que en regiones con fuerte cultura paisa, ‘onces’ convive con otras expresiones similares, dependiendo del contexto.

En la región Andina, particularmente en Bogotá, Tunja, Boyacá y Cundinamarca, se usa ‘tomar onces’ para referirse a una merienda o refrigerio por la tarde, acompañada de bebida caliente como café, chocolate o agua de panela, con pan, almojábanas, pandebono u otros amasijos locales.

En las zonas rurales o de clima frío como algunos municipios de Boyacá y Cundinamarca, la práctica de ‘tomar onces’ es casi ritual: se le da importancia al acompañamiento (bebida caliente, queso, pan) y se convierte en un momento de reunión familiar.

En contraste, en la costa caribeña el uso del término es menos frecuente; allí podría preferirse ‘merienda’ o expresiones más generales como ‘tomar algo’, sin usar la palabra ‘onces’.

¿Qué es común para tomar onces en Colombia?

Tomar onces en Colombia suele acompañarse con alimentos y bebidas bastante característicos que combinan tradición, dulzura y calidez. Una de las bebidas más distintivas es el chocolate santafereño, preparado con agua o leche, a veces con canela y clavos, y servido caliente, con trozos de queso fresco que se sumergen para que suelten sabor y textura. Este chocolate es parte esencial de las onces en Bogotá y regiones cercanas.

Otra bebida frecuente es el agua de panela, acompañada con limón en algunos casos, especialmente en zonas rurales o en climas fríos. También se incluye café (negro o con leche), o infusiones simples si se prefiere algo ligero.

En cuanto a alimentos sólidos, los acompañantes tradicionales incluyen variedades de panes y masas dulces o saladas: almojábanas, pandebonos, mantecadas, arepas, empanadas o panes con queso. En ciudades como Bogotá, un pan con queso o una almojábana junto con la bebida caliente son parte casi ritual del momento.

Muchas veces estas onces también se acompañan con ingredientes más simples como queso fresco, mantequilla, mermelada u otros acompañamientos que estén al alcance del hogar. La idea es que la mezcla sea sencilla pero reconfortante: algo que calme el hambre entre comidas principales, aporte una sensación de alimento casero y genere un ambiente de recogimiento o conversación.

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