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En el marco del Día Mundial de la Prevención del Ataque Cerebrovascular (ACV), la Secretaría Distrital de Salud (SDS) de Bogotá, junto con otras entidades locales, impulsa una iniciativa orientada a fortalecer los hábitos de vida saludable entre los ciudadanos. El próximo domingo 26 de octubre, desde las 8:00 a. m., los habitantes de la capital están invitados a participar en una caminata que partirá del Parque Nacional, recorrerá la carrera Séptima, atravesará la avenida El Dorado y concluirá en el Parque Renacimiento con una sesión de yoga. Este evento, coordinado en alianza con el sector Movilidad y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), forma parte de una campaña para promover la prevención efectiva del ACV y otras enfermedades crónicas no transmisibles.
Esta caminata gratuita representa un espacio abierto y apto para toda la familia, en el que se busca no solo propiciar el ejercicio físico, sino también sensibilizar sobre la importancia de la prevención del accidente cerebrovascular. Según Linda Ariza, subsecretaria de Servicios de Salud y Aseguramiento (e) de la SDS, uno de los objetivos fundamentales de la jornada es aumentar la conciencia social sobre los factores de riesgo y los signos de alarma asociados al ACV, una de las principales causas de mortalidad y discapacidad a nivel mundial. La funcionaria enfatiza la necesidad de conocer estos signos y actuar con prontitud en caso de presentarse síntomas.
El Distrito, al unirse a esta conmemoración cada 29 de octubre, recalca que la actividad física regular es esencial para contrarrestar factores como la hipertensión, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y las malas prácticas alimenticias, todos ellos vinculados al desarrollo de ataques cerebrovasculares. Entre los síntomas a los que se debe prestar atención se encuentran alteraciones bruscas en la sonrisa, problemas de visión repentina, debilidad súbita en brazos o piernas, dificultad para hablar o entender, y la importancia de solicitar ayuda médica a través de la Línea de Emergencias 123.
La iniciativa cobra aún mayor relevancia al considerar que el ACV afecta a diversos grupos etarios: uno de cada cuatro casos ocurre en personas menores de 55 años y la mitad de los pacientes no logra reconocer los síntomas oportunamente. Según datos compartidos por la SDS, cada minuto sin atención durante un ACV se pierden aproximadamente 1,9 millones de neuronas, por lo que la respuesta inmediata resulta crítica. Es también un desafío silencioso, pues los ACV menores a veces pasan inadvertidos, aunque advierten sobre posibles eventos mayores venideros.
El ACV es actualmente la principal causa de discapacidad en adultos, superando incluso a los accidentes de tránsito, y afecta de manera particular a las mujeres, quienes pueden confundir los signos con otros problemas de salud. El control de la presión arterial y el abandono del cigarrillo son estrategias fundamentales en la prevención, dado que la hipertensión y el tabaquismo han sido señalados como los principales factores de riesgo. Existen dos formas principales de ACV: el isquémico, por obstrucción de una arteria (85 % de los casos), y el hemorrágico, por ruptura de un vaso sanguíneo (15 %).
En definitiva, la jornada liderada por la SDS busca armonizar salud física y mental, fomentar la información oportuna y recordar que el 90 % de los ataques cerebrovasculares podrían evitarse mediante prevención y cambios en el estilo de vida. Así, se convierte en una invitación no solo a participar en una actividad recreativa colectiva, sino a empoderar a la ciudadanía frente al autocuidado y la detección precoz.
¿Qué diferencia hay entre un ataque cerebrovascular isquémico y uno hemorrágico?Este interrogante es relevante porque se menciona en los datos presentados por la Secretaría Distrital de Salud que la mayoría de los accidentes cerebrovasculares (ACV) son isquémicos, es decir, provocados por la obstrucción de una arteria que impide el flujo adecuado de sangre al cerebro. Por otro lado, el ACV hemorrágico ocurre a causa de la ruptura de un vaso sanguíneo, originando un sangrado dentro o alrededor del cerebro. Conocer esta diferencia es fundamental, ya que la atención médica y las posibilidades de recuperación difieren entre ambos tipos.
La distinción además tiene implicaciones prácticas en términos de prevención y tratamiento. Por ejemplo, en la prevención del ACV isquémico es crucial controlar los factores que favorecen la obstrucción arterial, como la hipertensión y el colesterol alto, mientras que en el ACV hemorrágico es esencial abordar condiciones que debilitan los vasos sanguíneos. De este modo, la comprensión pública de ambas modalidades fortalece la capacidad de respuesta ante este tipo de emergencias.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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