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El reciente ataque de un enjambre de abejas dejó varios lesionados y movilizó a los cuerpos de emergencia, evidenciando cómo estos sucesos van más allá del simple accidente y tienen profundas implicaciones ecológicas, sociales y de salud pública. Según el reporte del Cuerpo de Bomberos, tras el incidente, agricultores de las fincas aledañas brindaron los primeros auxilios a las víctimas, logrando trasladar a una de las personas heridas a un centro médico. Un adulto mayor, gravemente afectado por las picaduras, se resguardó cubriéndose la cabeza en una cañada, donde finalmente fue auxiliado y posteriormente hospitalizado (Original Article).
El incidente ilustra la importancia de comprender el comportamiento de las abejas y la manera adecuada de actuar ante la presencia de un enjambre. Las abejas cumplen un papel fundamental en la polinización y el mantenimiento del equilibrio ecológico; sin embargo, su instinto defensivo puede representar un serio peligro para las personas cuando se sienten amenazadas. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), existe un protocolo específico para minimizar el impacto de estos encuentros, que comienza con la contención del entorno y la intervención de especialistas capacitados (FAO, 2023).
Las entidades de emergencia y los biólogos coinciden en una serie de recomendaciones clave: nunca agitar el enjambre ni intentar dispersarlo con agua u objetos, ya que esto suele provocar reacciones defensivas más agresivas. Tampoco es recomendable emplear humo o fuego de forma improvisada, pues además de dañar a los animales puede desencadenar ataques masivos (Ministerio de Ambiente, Colombia, 2024). El acordonamiento del área y la espera a profesionales equipados y formados para la reubicación del enjambre salvaguardan la integridad tanto de personas como de abejas.
Durante un ataque, es fundamental proteger vías de entrada como oídos, nariz y boca, ya que las abejas tienden a dirigirse a estos orificios. Asimismo, es recomendable inspeccionar el entorno para identificar posibles riesgos adicionales, como tendidos eléctricos o estructuras inestables, siguiendo los protocolos establecidos por expertos en manejo de fauna (Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Biología, 2023).




La organización dentro de la colmena revela una compleja estructura social: la abeja reina concentra la capacidad reproductiva, las obreras laboran en la recolección y defensa, y los zánganos se encargan de la reproducción. Este orden garantiza la funcionalidad y supervivencia del grupo, siendo un modelo esencial para mantener la biodiversidad local (Bee Informed Partnership, 2024).
La interacción entre comunidades humanas y enjambres de abejas exige políticas integrales, conscientes del rol vital que cumplen estos insectos: según la FAO, gracias a la polinización las abejas participan en el 75% de la producción mundial de alimentos. La expansión urbana y la agricultura industrial han aumentado los encuentros y, en consecuencia, los riesgos para las personas y las propias colmenas. Por ello, la Educación y la prevención comunitaria constituyen líneas prioritarias en la gestión de estos incidentes (FAO, 2023).
Desde la perspectiva médica, actuar con prontitud frente a la picadura de abeja puede ser decisivo. En individuos no alérgicos, el tratamiento recomendado consiste en limpiar el área, aplicar frío local y administrar antihistamínicos si es necesario. En casos de alergia, existe riesgo de shock anafiláctico, una condición que requiere atención hospitalaria urgente. Los expertos advierten que la extracción inadecuada del aguijón puede empeorar la situación, ya que el saco de veneno podría vaciarse y complicar el cuadro clínico (Servicio de Urgencias, Hospital San Cayetano, 2025).
La efectividad de los servicios de Bomberos y Defensa Civil —quienes cuentan con equipos y capacitación especializada para controlar enjambres— es esencial para disminuir los riesgos asociados, ofreciendo atención gratuita a la población. Se insiste en contactar a la línea de emergencias (119 o 144 en Colombia) ante la presencia de enjambres, evitando exponerse innecesariamente a situaciones que pueden derivar en tragedias.
Todo esto subraya la importancia del periodismo riguroso y contextual, basado en fuentes académicas, médicas y ambientales reconocidas, como recomienda la Fundación Gabo. Un abordaje multidimensional acerca no solo a la comprensión de estos fenómenos, sino a propuestas de manejo sostenible y prevención, conciliando la protección ecológica con la seguridad de las personas (Fundación Gabo, 2022).
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Por qué son tan peligrosas las picaduras de abeja para las personas alérgicas?Muchas personas desconocen que una sola picadura de abeja puede desencadenar una reacción alérgica severa conocida como shock anafiláctico en individuos hipersensibles al veneno de abejas. Aunque para la mayoría de la población el efecto se limita a dolor e hinchazón local, para quienes tienen alergia diagnosticada representa una emergencia médica que puede comprometer la vida.
Esto ocurre porque el veneno de abeja contiene proteínas que, en ciertos organismos, desencadenan la liberación masiva de histamina y otras sustancias inflamatorias, causando síntomas que incluyen dificultad respiratoria, descenso de la presión arterial y pérdida de conciencia. Por ello, la atención especializada y el conocimiento de la condición personal son vitales para evitar consecuencias graves en caso de picadura.
¿Cuáles son los procedimientos de atención de emergencia ante un enjambre de abejas?Saber cómo actuar ante la presencia de un enjambre puede marcar la diferencia entre un desenlace controlado y un incidente mayor. Las autoridades recomiendan mantener la calma, evitar movimientos bruscos y alejarse en línea recta cubriéndose la cabeza y la cara para proteger las vías de entrada.
Nunca debe intentarse controlar el enjambre por cuenta propia: el protocolo indica que se debe acordonar la zona, evitar atraer la atención de las abejas y llamar a los servicios de emergencia que cuentan con el equipo y la formación adecuados para manipular de forma segura los enjambres, minimizando así daños tanto para personas como para los insectos.
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