“Es tan emocionante cada vez que me siento como un niño pequeño”, dice a Reuters. “Necesito mi gorro y mis guantes y mi cortavientos, pero es absolutamente magnífico. Preferiría estar aquí que en una casa con calefacción central“, cuenta en el ascenso del Etive Mòr, un pico escocés de más de 1.020 metros sobre el nivel del mar.

Para Gardner, que se trasladó con su esposa Janet desde los suburbios de Inglaterra a un remoto rincón de las tierras altas escocesas a los 50 años, escalar montañas se ha convertido en algo más que un sueño de juventud. (Vea también: Conductor de Uber atacó con cruceta a joven que le cambió método de pago durante viaje).

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Dos años después de que le diagnosticaran alzhéimer en 2018, Janet, una antigua profesora que también padece osteoporosis, enfermó tanto que necesitó cuidados las 24 horas del día. Gardner estaba devastado y decidió que necesitaba un reto que le ayudara a sobrellevar la situación.

“Cuando se volvió demasiado para mí, cuando ella comenzó a ir al hospital y estar bajo cuidado, (…) simplemente no supe qué hacer. Llevábamos 30 años acostumbrados a la compañía mutua las 24 horas del día. Y de repente se fue”, dijo el adulto mayor.

“Hacer esta escalada me ha permitido volver a centrarme hasta cierto punto. Tenía que encontrar algo de este tipo, de lo contrario habría tenido (…) problemas de salud mental. Lo sé”, señaló.

La tarea que se propuso desafiaría a muchos con la mitad de su edad: escalar los 282 “Munros” de Escocia, o montañas de más de 900 metros, en 1.200 días. Hasta ahora ha completado 177. En honor a Janet, está recaudando dinero para las organizaciones benéficas que la ayudan, la Alzheimer Scotland y la Royal Osteoporosis Society. (Vea también: Hombre ganó la lotería, pero la suerte se le volteó y murió ahogado sin cobrar premio).

Aprendiendo sobre las redes sociales a medida que avanza, registra sus progresos en Facebook e Instagram. Muchos de los mensajes que aparecen en su página web de recaudación de fondos, en la que ha reunido más de 30.000 libras esterlinas (154 millones de pesos) de un objetivo de 40.000, son de personas que ha conocido en la montaña.

“Creo que (fue) la tercera montaña que subí en la que casualmente estaba conversando con otros escaladores y mencioné por casualidad lo que estaba haciendo para este reto. Y no podían creerlo. (…) Estaban asombrados”, dijo.

“Obviamente, pensé, tengo algo aquí. Realmente lo tengo. Y no me di cuenta del potencial. Y desde entonces, cuando veo a la gente en la colina, les paro y mantengo una pequeña conversación con ellos, les cuento lo que estoy haciendo”, agregó.

Este video cuenta la historia del hombre escocés: