El juicio en contra de una cirujana del Hospital Regional de Graz, uno de los más grandes de Austria, tuvo que ser aplazado. La mujer se encuentra en un proceso judicial por permitir que su hija de 12 años ingresara a una cirugía y perforara con un taladro la cabeza de un paciente que había sido internado de emergencia.
El hecho, ocurrido hace más de un año, llegó a oídos de las autoridades y del resto del personal del hospital. A la cirujana la acusan de negligencia médica y poner en grave riesgo la vida del paciente al permitir que una menor de edad sin formación efectuara un procedimiento clínico delicado. La fiscalía de ese país denuncia una “increíble falta de respeto hacia la paciente y sus propios colegas”.
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¿Qué se sabe del caso?
El periódico local Kronen Zeitung fue uno de los primeros medios en dar a conocer el escándalo en el departamento de neurocirugía de Graz. “Llevó a la niña de doce años al quirófano, donde perforó el cráneo expuesto sola y sin ayuda. Previamente, la acusada le explicó el funcionamiento del taladro“, describió la fiscal del caso Julia Steiner, según cita el mencionado medio.




La fiscalía aseguró que entre los acusados hay otro cirujano, quien fijó la velocidad del taladro mientras la niña operaba la delicada herramienta. La madre de la menor de edad celebró la acción de su hija durante la operación, algo que no fue bien visto entre sus colegas. “Este comentario frívolo detonó una bomba, lo cual, por supuesto, fue un grave error”, dijo el abogado defensor Bernhard Lehofer.
“Algo así simplemente no se puede minimizar. ¿Qué habría pasado si el taladro hubiera estado defectuoso y no se hubiera detenido automáticamente tras perforar el hueso del cráneo? ¡Fue una falta de respeto increíble hacia la paciente y hacia sus propios colegas!”, enfatizó Steiner.
Lo que dijo la cirujana que permitió que su hija operara
La mujer en juicio dijo que permitir que su hija participara del procedimiento médico “fue un error moral y ético, solo me di cuenta después“. La cirujana aseguró que su hija “¡nunca taladró sola! Y al final, todos podemos estar orgullosos del resultado de la operación”.
Por su partem Lehofer defendió a su clienta diciendo que “ha salvado la vida de innumerables personas durante 20 años. Lleva más de dos años lamentando no haber sido buena idea dejar operar a su hija. Sin embargo, la operación salió de maravilla y la paciente se encuentra muy bien. El paciente fue tratado de forma óptima, ¡la denuncia penal es una fantasía!”.
Mientras que la cirujana dijo que su “mayor error fue dejarla entrar (a su hija) hasta la mesa de operaciones”, el juez aseguró que “su mayor error probablemente fue aceptarla, una niña no tiene cabida allí“. También le cuestionaron cuando dijo con orgullo que su hija había perforado la cabeza de un paciente.
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El director de la clínica, Stefan Wolfsberger, citó a la cirujana cuando se enteró de la situación. “Le pregunté si la niña había perforado la cabeza del paciente. Tras una breve vacilación, respondió que sí” (..) Es terrible. El caso es mundialmente famoso; me contactan personas de todos los continentes. La neurocirugía goza de una gran reputación. Ahora los pacientes tienen miedo por ello. ¡Pero respetar a nuestros pacientes es nuestro deber!”.
La anestesista también fue interrogada y aseguró que escuchó a la acusada explicarle a su hija el funcionamiento del taladro. “Entonces vi cuatro manos en el aparato (…) ¡No sabe lo que nos ha hecho a todos! Hace poco atendí a un paciente con un tumor que temía que un niño le abriera la cabeza con un taladro”. El juicio de este escandaloso caso tuvo que ser aplazado debido a que la víctima se encuentra enferma y, de acuerdo con el juez, su testimonio es ineludible.
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