Preparar una carne puede ser bastante fácil, pero la realidad es que alistarla requiere un procedimiento específico que altera su sabor notoriamente si no se hace bien.
Evidentemente, la carne debe ser congelada y recién descongelarse antes de ser preparada. Sin embargo, esto debe hacerse al menos 24 horas antes de la cocción.
(Vea también: Médico hizo advertencia por 5 alimentos que afectan la salud; muchos los consumen a diario).
Esto dice el experto en carnes:
El creador de contenido ‘Técnicas de cortes’ recientemente explicó cómo debe descongelarse adecuadamente una carne para que su preparación sea correcta y evitarse problemas como malos olores y sabores.
Inicialmente, explica que descongelar la carne a último momento dejándola al sol o poniéndola en el microondas puede causar que esta pierda nutrientes en una gran cantidad.
Lo ideal, señala él, es bajarla del congelador a la nevera unas 24 horas antes y, previo al momento de asarla, darle algo de aire para que le pase el olor más potente. “Tendrá un olor fuerte. No te preocupes, déjala airear por unos minutos”, añadió.
Así, al cocinarla, se tendrá una carne jugosa que no ha perdido nutrientes y que mantiene un sabor exquisito.
Por qué se debe congelar la carne
Congelar la carne es una práctica esencial para garantizar su seguridad, frescura y calidad a largo plazo. Este proceso detiene temporalmente la actividad de bacterias y microorganismos responsables de la descomposición y el deterioro, evitando que la carne se vuelva peligrosa para el consumo.
A temperaturas de -18 °C o inferiores, las bacterias quedan inactivas, aunque no mueren, lo que significa que se reanudarán al descongelarla si no se maneja correctamente.
Asar la carne y por qué tiene que hacerse así
Uno de los principales beneficios de asar carne es la reacción de Maillard, un proceso químico que ocurre cuando los azúcares y proteínas en la superficie de la carne se caramelizan debido al calor.
Esto genera una capa exterior dorada, crujiente y llena de sabor, que contrasta con el interior jugoso y tierno. Este equilibrio entre texturas y sabores es uno de los aspectos más apreciados de la carne asada.
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