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El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) de Colombia reportó, en su Boletín Trimestral de las TIC para el primer trimestre de 2025, una expansión notable en la conectividad tanto fija como móvil en el país. Según el informe, los accesos fijos a Internet sumaron 9,34 millones, lo que representa un incremento de 235.000 conexiones con respecto al mismo periodo en 2024. Paralelamente, el servicio móvil alcanzó más de 49,1 millones de accesos, lo que significa una cobertura del 92% de la población nacional. Cabe resaltar que las conexiones móviles se caracterizan por un predominio de la tecnología 4G, que ocupa el 83% de los accesos, mientras que la tecnología 5G ya representa el 9,6%, evidenciando su consolidación progresiva.
El avance en la conectividad es resultado de esfuerzos coordinados, tanto desde el sector público como privado, para fortalecer y expandir la infraestructura de telecomunicaciones en Colombia. De acuerdo con el MinTIC, la red 5G creció un 23,7% en apenas un trimestre, un fenómeno impulsado por la expansión de la infraestructura y una mayor disponibilidad de dispositivos compatibles. Entre el último trimestre de 2024 y el primero de 2025, se sumaron más de 2,5 millones de nuevos accesos a 5G. Tal como se subraya en informes técnicos y periodísticos de referencia como los de El Espectador, estos avances no solo actualizan las comunicaciones en grandes ciudades, sino que permiten acercar servicios digitales básicos y aplicaciones modernas a regiones históricamente apartadas, un desafío persistente en el desarrollo colombiano.
Sin embargo, el panorama de la conectividad revela brechas territoriales marcadas. Bogotá lidera con 29 accesos fijos por cada 100 habitantes; le siguen Antioquia y Risaralda con 24 y 23, respectivamente. Esta disparidad evidencia las dificultades asociadas a factores económicos, geográficos y de inversión en infraestructura, que afectan la distribución equitativa del acceso. Instituciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) han advertido sobre la persistencia de la brecha digital rural-urbana en América Latina, destacando la importancia de estrategias orientadas a mitigar esta desigualdad. La conectividad, más que un recurso técnico, es percibida cada vez más como un derecho y una herramienta indispensable para la inclusión social y el desarrollo económico.
Un dato relevante que destaca el boletín del MinTIC es el aumento en la velocidad promedio de descarga, que alcanzó los 236 megabits por segundo (Mbps), superando en 10 Mbps el promedio anual anterior. Esta mejora no implica solo una mayor rapidez, sino la capacidad de soportar servicios y aplicaciones complejas: desde educación virtual hasta teletrabajo y la transmisión de contenidos audiovisuales en alta definición. Durante los últimos años, especialmente en contextos de crisis sanitaria, la calidad y estabilidad del Internet se afianzaron como aspectos críticos para la continuidad educativa, la productividad y el acceso igualitario a la información.
En cuanto a la telefonía móvil, Colombia registra una cifra muy superior a la población: 92,5 millones de líneas activas, reflejando una tasa de penetración del 174%. Este dato, común en países donde existe una multiplicidad de operadores y líneas por usuario, revela la vitalidad del mercado y una demanda considerable por servicios móviles, lo que a su vez incentiva la innovación y la competencia en el sector, tal y como señalan análisis recientes de medios como The New York Times.
Desde el ámbito de las políticas públicas, el MinTIC ha subrayado que continuará implementando programas orientados a expandir la conectividad y fortalecer la infraestructura nacional, priorizando la atención a zonas rezagadas. Entre estas iniciativas se cuentan el programa Fibra Óptica para la Equidad y diversos proyectos para ampliar la cobertura 4G en áreas rurales, algunos de los cuales cuentan con financiamiento internacional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). De acuerdo con informes del Banco Mundial, asegurar acceso de calidad a Internet genera impactos positivos directos sobre el crecimiento económico y el acceso a servicios públicos digitales.
Diferentes voces expertas, consultadas tanto por medios nacionales como internacionales, insisten en que el reto no radica únicamente en la infraestructura —por avanzada que sea— sino en lograr una inclusión digital real. Esto implica alfabetización tecnológica, acompañamiento social para comunidades marginadas y políticas que combatan las desigualdades de origen. Además, la expansión del 5G, contextualizada por datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), posiciona a Colombia en sintonía con tendencias globales que plantean nuevas posibilidades: desde el desarrollo de ciudades inteligentes hasta el crecimiento de servicios ligados al Internet de las cosas (IoT), todos ellos requerirán una estrategia multisectorial articulada y sostenida.
En suma, los datos del primer trimestre de 2025 confirman una dinámica de avance en internet fijo y móvil, con un impulso notorio de la tecnología 5G y mejoras en calidad del servicio. Sin embargo, el desafío de superar las barreras de equidad persiste, exigiendo la continuación de políticas integrales que permitan convertir a la conectividad en un verdadero motor de desarrollo y sostenibilidad para el país.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Por qué existen diferencias tan marcadas en el acceso a Internet entre regiones de Colombia?
La brecha digital territorial es una problemática reconocida en Colombia. Según el MinTIC y la CEPAL, factores como la concentración de inversión pública y privada en grandes centros urbanos, la complejidad geográfica y la disparidad en los ingresos influyen directamente en la distribución desigual del acceso a servicios de internet fijo y móvil. Así, departamentos como Bogotá o Antioquia presentan indicadores mucho mayores respecto a otras regiones, en particular las rurales o de difícil acceso.
Esta disparidad no solo limita la posibilidad de acceder a servicios digitales y nuevas oportunidades económicas, sino que también profundiza desigualdades sociales preexistentes. Los esfuerzos estatales, como la expansión de redes rurales y el fortalecimiento de la infraestructura de telecomunicaciones, buscan corregir estas diferencias, pero la complejidad del territorio colombiano y los desafíos asociados al financiamiento e implementación hacen que aún sea una tarea pendiente.
¿Qué oportunidades y desafíos trae la adopción de la tecnología 5G en Colombia?
El despliegue de la red 5G —según la UIT y el MinTIC— implica la posibilidad de ofrecer mayores velocidades de navegación, menor latencia (tiempo de respuesta de la red) y la conexión simultánea de múltiples dispositivos, favoreciendo el desarrollo de aplicaciones innovadoras en salud, educación o transporte. Esto habilita también oportunidades para el desarrollo del Internet de las cosas (IoT) y la digitalización avanzada de la industria.
Sin embargo, la adopción de 5G también enfrenta retos importantes. La cobertura todavía es limitada, circunscrita sobre todo a zonas urbanas; los dispositivos compatibles pueden ser costosos para parte de la población; y existen desafíos regulatorios y de inversión para ampliar su alcance a todo el país. Además, la transición tecnológica debe acompañarse de estrategias que garanticen la inclusión digital para evitar que las nuevas tecnologías profundicen la brecha existente entre distintos sectores sociales.
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