También de la estigmatización que se tiene del silencio y la intimidad, ya que esos lapsos de tiempo que se tienen para observarse “ a si mismo”, no son rentables para una sociedad en la que vivimos.

Por esa razón, cuando nos preguntan:  ¿Quién es?, optamos por definirnos según nuestros apegos a la cultura, al conocimiento, a nuestras vivencias, y terminamos clasificándonos entre etiquetas, como ‘ Yo soy un Psicólogo Transpersonal con maestría en Astrología; Colombiano y homosexual’ , clasificaciones que a la final, nos reducen nuestro potencial de cambio y de transformación, así como la posibilidad de ser otro.

Al reducirnos y castrar la posibilidad de cambiar, todos los sueños que tuvimos de niños desaparecen, ya que vamos a un mil por hora con el mundo, y entre más rápido él vaya, nosotros vamos.  Por esto, es de menester agradecer la bendición de los últimos tiempos, en donde no solo un nuevo conocimiento ha llegado a nuestras manos, sino también  ha estado la posibilidad de elegir quien queremos ser.

En esa elección, es cuando como seres humanos  podemos decidir dedicar un tiempo de nuestras vidas a mirar nuestra mente y observar nuestro corazón, ya sea con el silencio, con la meditación, o con ejercicios de atención y reflexión, y allí podemos darnos cuenta de que en muchas ocasiones nuestra mente insaciable va sola por el mundo fabricando historias, películas y hablando sin dejar escuchar la sabiduría del mundo.

Allí, cuando nos damos cuenta por primera vez , y experimentamos la magia de la observación, es que podemos sentir que no somos todo ese ruido que hay en nuestra cabeza, ni las miles de películas que crea nuestro corazón, sino que por el contrario, podemos elegir ser quien queremos ser, y ese “ser” es nuestro yo verdadero. Es el que controla la vida, el que se alimenta y crece, y que a su vez no deja que seamos autómatas y andemos por el mundo tomando decisiones inconscientes.

Así, cuando estamos atentos, podemos levantarnos con el gozo de la existencia, pudiéndonos reconocer como seres perfectos, no solo físicamente, sino en nuestro interior, y ver que todo lo que ha pasado hasta ese día, ha sido causal, producto de un tejido de decisiones que nos han llevado hasta el presente en el que estamos; abriendo allí la posibilidad de ser no por un reconocimiento, o por obtener algo, sino siendo por el mero hecho de ser.

Quizás sean muchas las técnicas que existan para observarse, pero si aún tu piensas que eres el ruido de tu mente, es ahí donde debes empezar a buscar, no afuera,  sino en tu interior, en tu intimidad,  para que descubras tu máximo potencial.

Parece fácil en palabras, sin embargo tanto tu como yo sabemos, que la vida misma es complicada, no por lo que haya o se deje de hacer, sino por el misterio mismo. Sin embargo hoy, te invito a que juntos seamos toltecas*, los propios  creadores de nuestra vida, teniendo la atención en nuestros pasos, manifestando nuestras necesidades, y abrazando la  coherencia, como nuestra bandera.

*Toltecas: Artistas en el lienzo de la vida. Don Miguel Ruiz Jr.

Ejercicio práctico: Esta noche antes de irte a la cama, siéntate y cierra tus ojos. Empieza a respirar y cuenta 50 exhalaciones, luego deja de contar y observa que pasa en tu mente , y pregúntate: ¿Son ciertos estos pensamientos? ¿yo pienso así? ¿ En verdad me preocupa? ¿Quién soy yo?.

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.