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El 20 de agosto de 2024 se cumplió el primer aniversario del fallecimiento de Víctor Roqueme Quiñonez, alcalde de Aguachica, quien alcanzó esta posición con tan solo 26 años y se convirtió en uno de los mandatarios municipales más jóvenes en Colombia. Ingeniero civil oriundo de Cúcuta, Roqueme logró una victoria significativa en los comicios de octubre de 2023, superando a figuras políticas experimentadas como Manuel Rangel y recibiendo el respaldo de 23.060 ciudadanos. Su historia, marcada por la lucha contra la leucemia –un cáncer hematológico que enfrentó durante varios años hasta su muerte a los 27 años–, ha dejado una huella política y social en la región, cuyo eco persiste en la elección reciente de su prima, Greisy Roqueme Ropero, bajo la coalición “Unidos por un legado”.
La elección de Roqueme como alcalde significó para Aguachica y el departamento del Cesar una inflexión generacional en la política local. Según la Fundación Gabo, la irrupción de líderes jóvenes en cargos públicos introduce dinámicas de innovación, energía y nuevas perspectivas; sin embargo, dicho protagonismo juvenil frecuentemente se enfrenta a estructuras arraigadas, resistencia de élites tradicionales y la exigencia de navegar sistemas políticos que priorizan experiencia por encima de renovación. El ascenso de Roqueme encarnó la tensión entre lo nuevo y lo tradicional, en un contexto donde los grupos familiares y sus vínculos políticos tienden a determinar el relevo del poder, fusionando el capital financiero, las alianzas electorales y el legado consanguíneo.
Junto a estos elementos políticos destaca el desafío personal y público que supuso para Roqueme desempeñarse en medio de su enfermedad. La leucemia, según información del Ministerio de Salud y Protección Social, requiere atención especializada, tratamientos continuos y recursos clínicos que en muchas regiones intermedias de Colombia resultan limitados. El caso de Roqueme evidencia las dificultades concretas que atraviesan tanto pacientes como funcionarios públicos afectados por patologías de alto costo, al tiempo que subraya la necesidad de fortalecer institucionalmente la salud regional para garantizar un ejercicio efectivo y digno de la función pública.
Tras el deceso de Víctor Roqueme, la continuidad del linaje político familiar se materializó en la victoria de Greisy Roqueme Ropero en la elección extraordinaria del 24 de noviembre de 2024. Según reportajes de El Espectador, la coalición “Unidos por un legado”, conformada por partidos tradicionales como el Conservador, Cambio Radical y la U, ejemplifica la estrategia para mantener el control político en escenarios municipales donde las redes familiares y la maquinaria electoral tienden a perpetuar el liderazgo dentro de los mismos núcleos. Este fenómeno de sucesión familiar subraya discusiones vigentes sobre clientelismo, prácticas democráticas y la pluralidad en la representación regional en Colombia.




Además de su papel institucional, la figura de Roqueme adquirió una dimensión simbólica particularmente fuerte tras su fallecimiento. El homenaje llevado a cabo en la Iglesia San Roque de Aguachica, en el primer aniversario de su muerte, refleja la práctica sociocultural de memoria y consolidación del legado colectivo. Diversos estudios de antropología social señalan cómo, en municipios pequeños, la conmemoración de líderes fallecidos fortalece el sentido de comunidad y reconfigura la identidad local, situando a la figura del alcalde no solo como autoridad administrativa sino como referente moral, histórico y de aspiración social.
En definitiva, la trayectoria de Víctor Roqueme y los sucesos posteriores a su muerte representan un caso paradigmático donde convergen renovación política, fragilidades del sistema de salud, mecanismos de reproducción del poder local y dinámicas de memoria colectiva. Analizar estos hechos desde un marco informado y contextualizado permite comprender en profundidad los desafíos y dilemas que enfrenta la democracia municipal colombiana, así como las oportunidades y riesgos asociados a la emergencia de liderazgos jóvenes y su continuidad en escenarios complejos.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Cuáles son los principales retos para los jóvenes que asumen cargos públicos en regiones intermedias de Colombia?La llegada de jóvenes al poder en municipios como Aguachica suele asociarse a ilusiones de cambio y renovación institucional. No obstante, estos alcaldes deben enfrentar importantes desafíos, entre ellos la falta de experiencia administrativa, la desconfianza de actores políticos tradicionales y la complejidad de gestionar recursos limitados en contextos de alta expectativa social. De acuerdo con la Fundación Gabo, estas barreras requieren del desarrollo de capacidades técnicas, redes de apoyo y una adaptación constante al juego político local, donde el riesgo de cooptación o desgaste personal suele ser elevado.
A esto se suma la dificultad de navegar estructuras de poder consolidadas donde la permanencia de familias o grupos políticos ha generado sistemas de favores y expectativas. Los jóvenes mandatarios que buscan romper con estos esquemas suelen enfrentar resistencia, presiones y, en ocasiones, campañas de descrédito, lo que dificulta priorizar agendas innovadoras o transformadoras, especialmente en regiones donde las prácticas clientelares tienen arraigo histórico.
¿En qué consiste la leucemia y cómo afecta la vida de los funcionarios públicos?La leucemia es un tipo de cáncer que se origina en los tejidos formadores de la sangre, especialmente en la médula ósea, provocando la producción anormal de glóbulos blancos. Los síntomas pueden incluir fatiga crónica, infecciones recurrentes, hemorragias y dificultades para realizar actividades cotidianas. El tratamiento, que puede implicar quimioterapia, trasplantes de médula y largas hospitalizaciones, plantea severos desafíos tanto para los pacientes como para sus núcleos familiares.
En el contexto de funcionarios públicos, las demandas inherentes al cargo –como la exposición mediática, la toma de decisiones bajo presión y el cumplimiento de amplias jornadas de trabajo– suelen verse agravadas por la enfermedad, afectando el desempeño y la salud mental. Instituciones públicas en Colombia aún están en proceso de robustecer mecanismos que permitan a funcionarios con enfermedades crónicas acceder a tratamientos adecuados sin perder la posibilidad de servir a sus comunidades, una situación evidenciada en la historia de Víctor Roqueme.
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