Después de la denuncia que hizo el superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, en la que dijo que no hubo “una adecuada priorización del personal de salud de primera línea” y por eso se vacunaron a 395 personas que no estaban en lista, Gómez dijo las investigaciones avanzan y que “las alertas están encendidas”. 

Más allá del acostumbrado mensaje en el que se anuncian indagaciones por un escándalo como este, sobre todo cuando está relacionado con la vacunación, el secretario fue cuestionado por las medidas para evitar anomalías como las denunciadas por la Superintendencia.

Cuando en rueda de prensa le preguntaron sobre cómo el Distrito va a garantizar que no se repitan casos de fraude con las vacunas, el secretario apeló —primero que todo— a la conciencia individual y colectiva.

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“Creo que lo fundamental es el compromiso de todas y cada una de las personas y de las instituciones con el cumplimiento de la norma”, expuso Gómez.

Luego se justificó diciendo que tener el control de las acciones de todos los ciudadanos es bastante complicado. 

El secretario sostuvo que “estar detrás de cada persona se constituye en un esfuerzo increíble”, y reiteró que lo que se necesita en Bogotá es el compromiso de todas las instituciones y de las personas.

Después, retomó su intervención con el tono característico de un comunicado oficial: “Tenemos que seguir haciendo veeduría ciudadana, tenemos que seguir ampliando los espacios para que la ciudadanía y los órganos de control ejerzan su función”.