Escrito por:  Redacción Nación
Feb 7, 2024 - 3:57 pm

Para este jueves 8 de febrero, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) convocó a una marcha en las principales ciudades del país, asegurando que esa jornada es en “defensa de la democracia y el Estado Social de Derecho”. Ocurre pocos días después de que el presidente Gustavo Petro llamara a sus seguidores a salir a las calles por lo que calificó como una “ruptura institucional”.

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Esa “ruptura” hace referencia a las decisiones que ha tomado la justicia con respecto a su gobierno. La primera es la suspensión de la Procuraduría al canciller Álvaro Leyva Durán, por tres meses, mientras lo investiga por presuntas irregularidades al cancelar una licitación para la fabricación de pasaportes, y la segunda es la investigación que le abrió la Fiscalía a Fecode por el supuesto aporte de 500 millones de pesos a la campaña presidencial de Petro.

Con ese monto, que no se habría reportado en los ingresos oficiales, la campaña del hoy presidente habría violado los topes legales permitidos. “Han decidido la ruptura institucional”, dijo Petro en X (antes Twitter) y anunció que, como presidente de la República, debía “avisar al mundo de la toma mafiosa de la fiscalía” y “solicitar al pueblo la máxima movilización popular por la decencia”.

Los defensores y seguidores del presidente entienden que hay una suerte de conspiración contra el mandatario, que busca tumbarlo. A comienzos de esta semana, altos funcionarios del Gobierno, como la gerente del sistema de medios públicos (RTVC), Nórida Rodríguez, difundieron en sus redes sociales varias piezas gráficas invitando a la movilización, la primera de las cuales propagaba el lema: “Al presidente nadie lo toca”.

En la otra orilla están quienes creen que cuando Petro fracasa como gobernante recurre a la política y las marchas. Recuerdan que lo mismo hizo en la alcaldía de Bogotá. Y también aseguran que el presidente ha fracasado en las movilizaciones ciudadanas que convoca, pues no ha conseguido llenar la Plaza de Armas ni con los funcionarios del Gobierno.

Sacan a marchar por Gustavo Petro a estudiantes del Sena

De ahí que reprochen la idea de que ahora pretendan sacar incluso a los estudiantes del Sena y los instrumentalicen para darle cuerpo a la marcha de este jueves. Consideran que convertir en cantinela entre los jóvenes la expresión “Al presidente nadie lo toca” constituye una suerte de adoctrinamiento a los estudiantes y el uso de una entidad pública a favor de la disputa política de Petro.

Pero eso, al parecer, fue lo que les pidió el mandatario a los profesores cuando, después de reunirse con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Gerson Chaverra, y su vicepresidente, Octavio Tejeiro, y de afirmar que “un gobierno progresista no atacará la justicia pero si a la impunidad”, escribió unas líneas que resultan crípticas: “El movimiento popular debe ganar más capacidad de decisión y poder en este gobierno. Le solicito al magisterio ayudarnos a organizar las coordinaciones de fuerzas populares”.

Las marchas de Fecode de este jueves coinciden con la declaración de Petro y no solo son en “defensa de la democracia y el Estado Social de Derecho”. Otra consigna clara es exigirle a la Corte Suprema de Justicia la elección de la nueva fiscal general, para lo cual tienen programados plantones frente a la sede de ese alto tribunal.

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En la práctica, Petro estaría incitando a una presión contra otra rama del poder público, la Judicial, impulsado, además de por sus convicciones ideológicas, por la narrativa que están construyendo sus seguidores con la idea de que “Al presidente nadie lo toca”. Considera que es definitivamente invulnerable.

Las diferencias naturales entre los tres poderes del poder público, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, no se deberían resolver con manifestaciones en las calles. Las tensiones entre esos tres poderes son normales porque, precisamente, desde cuando fueron concebidos por Montesquieu, funcionan como un sistema de pesos y contrapesos, de control mutuo. Ese sistema lo adoptaron todas las democracias de Occidente.

La instrucción de Petro a los maestros a “organizar las coordinaciones de fuerzas populares” y la consigna “Al presidente nadie lo toca” resultan un coctel riesgoso. Ese lema, repetido con insistencia, pasa a ser prácticamente, entre los ciudadanos menos formados, como los estudiantes del Sena, una afirmación con visos de verdad absoluta. La agitación social se sabe cómo comienza, pero no cómo termina.

Pero a esos ciudadanos hay que recordarles que, en una democracia plena, hasta el presidente puede ser ‘tocado’, investigado y aun juzgado si se encuentran motivos para ello. Si a un presidente nadie lo pudiera tocar, no se estaría hablando de una democracia, sino de otros sistemas de gobierno como la autocracia, la dictadura o la tiranía.

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