Bogotá cuenta con un espacio de información muy completo donde la ciudadanía, residentes y extranjeros pueden consultar la información que les interesa sobre Bogotá, su historia, sus localidades, la gestión y principales noticias de la Administración Distrital.
La Vía al Llano, considerada una arteria fundamental que conecta a Bogotá con Villavicencio, experimenta actualmente restricciones significativas en su flujo vehicular debido a un deslizamiento de tierra ocurrido el domingo 12 de octubre de 2025, específicamente en el kilómetro 18 del municipio de Chipaque, Cundinamarca. Según reportó el concesionario Coviandina y autoridades viales, esta situación ha obligado a limitar la circulación de vehículos de carga pesada. La medida no solo se implementó para prevenir incidentes mayores, sino también para garantizar la seguridad de los usuarios y facilitar la movilidad en medio de una emergencia geológica.
Las restricciones estipulan horarios precisos: los vehículos de carga pesada tienen prohibido transitar entre las 2:00 p.m. y las 11:00 p.m. en dirección de Villavicencio a Bogotá el domingo y desde medianoche hasta el mediodía en ambos sentidos el lunes. Además, se estableció un límite de peso de hasta 52 toneladas para vehículos extrapesados y una longitud máxima de 21 metros para los extradimensionados, condiciones que buscan mantener la estabilidad en este corredor estratégico, tal como lo informó el artículo base. Esta medida demuestra no solo la respuesta inmediata ante la emergencia, sino la importancia de un cumplimiento normativo responsable por parte de transportadores y autoridades.
La problemática revela una realidad estructural: la Vía al Llano es vulnerable a fenómenos naturales recurrentes como los deslizamientos, agravados por factores ambientales y de uso del suelo. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) advirtió en su último reporte de 2024 sobre el aumento de este tipo de eventos en la región, impulsados por cambios climáticos y procesos de deforestación. Frente a esa coyuntura, surge la necesidad de fortalecer la infraestructura y revisar los protocolos preventivos, subrayando así el papel esencial de la planificación territorial para garantizar la conectividad en el país.
En respuesta, las entidades encargadas, reunidas en el Puesto de Mando Unificado (PMU), han implementado mecanismos como el paso tipo semáforo, priorizando el tráfico en la dirección Villavicencio-Bogotá y manejando el flujo de vehículos con reversibles entre el kilómetro 0 y el 9, especialmente para evitar congestiones como las que suelen darse en el túnel Boquerón. Esta coordinación interinstitucional involucra al Ministerio de Transporte, la Agencia Nacional de Infraestructura y diversos gremios relacionados, reflejando la complejidad y magnitud de la gestión ante una crisis vial.




Economistas y expertos del Observatorio de Movilidad y Transporte de la Universidad Nacional han señalado que alteraciones prolongadas como la actual pueden incrementar los costos logísticos de la región hasta en un 20%, afectando a poblaciones, transportadores y sectores productivos que dependen de la vía para el abastecimiento y conexión con distintos mercados. Paralelamente, los desvíos y rutas alternas recomendadas han evidenciado las limitaciones de la red vial y la urgencia de nuevas inversiones, como el prometido viaducto entre el Patio Taller y la avenida Boyacá, proyectado por la Alcaldía de Bogotá para reducir riesgos y mejorar la movilidad en el mediano plazo.
Este episodio pone de relieve también la responsabilidad del periodismo y la transparencia en la información durante emergencias viales. Como enfatiza la Fundación Gabo, solo una comunicación basada en fuentes confiables y verificadas permite que la ciudadanía y los actores económicos puedan tomar decisiones acertadas, evitando la desinformación y promoviendo la corresponsabilidad frente a situaciones de riesgo.
¿Por qué es tan vulnerable la Vía al Llano a los deslizamientos? La vulnerabilidad de la Vía al Llano se debe a factores geológicos propios de la cordillera oriental, donde la acumulación de lluvias y la inestabilidad de los suelos, comúnmente exacerbada por la deforestación, aumentan la probabilidad de deslizamientos. El IDEAM ha destacado la importancia de monitorear estas condiciones, ya que la presencia de taludes y pendientes pronunciadas hace de esta carretera un corredor de alta atención en temporadas de lluvias.
El control adecuado de estos riesgos es fundamental, ya que influyen directamente en el bienestar de comunidades enteras y la dinámica económica de la zona. Por ello, la adopción de protocolos rigurosos de seguridad y la inversión en obras de mitigación resultan esenciales en la planificación vial del país.
¿Qué significa el paso tipo semáforo en una carretera? El paso tipo semáforo es una modalidad de control de tráfico utilizada en vías comprometidas por emergencias o mantenimiento, donde el flujo de vehículos se alterna entre uno y otro sentido en intervalos definidos, coordinados normalmente por señales luminosas o reguladores manuales. Este sistema prioriza la seguridad en tramos de alto riesgo y busca evitar colapsos, en especial en puntos estrechos o con daños que impiden el tránsito simultáneo en ambos sentidos.
Implementar el paso tipo semáforo asegura que los usuarios puedan transitar de manera ordenada y reduce las posibilidades de accidentes en zonas de difícil acceso o con infraestructura limitada, como las presentes en la Vía al Llano tras el reciente deslizamiento.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO