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Las recomendaciones climáticas entregadas a la sociedad civil para Caldas, centradas en el periodo comprendido entre los últimos días de diciembre de 2025 y enero de 2026, buscan anticipar y mitigar los desafíos que podrían presentar los cambios atmosféricos previstos para la región. Según el reporte presentado y citado por la Mesa conformada por 15 entidades, entre las que destacan el Comité de Cafeteros de Caldas, la Gobernación de Caldas, la Universidad Autónoma de Manizales y el Sistema Integrado de Monitoreo Ambiental de Caldas (SIMAC), se avizora el inicio de un primer trimestre con menores lluvias de lo habitual, extendiéndose desde diciembre, pasando por enero y llegando hasta febrero. Esta estación estará caracterizada por una alta nubosidad, combinada con episodios de precipitaciones ligeras a moderadas que se ubicarían por encima de lo normalmente observado para la época.
Este pronóstico, citado en el informe y basado en la predicción climática de diciembre del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), resalta que, si bien habrá menos precipitaciones, no se espera su ausencia total. El reporte puntualiza, además, que el norte de Norcasia y el nororiente de Samaná podrían experimentar ligeros descensos en la temperatura máxima en comparación con los registros habituales. Así, el objetivo central de las recomendaciones es traducir los datos climáticos en acciones concretas para productores agrícolas y pecuarios, permitiendo que tomen decisiones informadas y minimicen las afectaciones provocadas por eventos climáticos extremos.
Respecto al cultivo de aguacate, se estableció la necesidad de instalar sistemas de drenaje, tanto superficial como subterráneo, para evacuar adecuadamente el agua acumulada. También se sugirió monitorear las raíces y aplicar fosfitos o biocontroladores—como Trichoderma—tras lluvias intensas, a fin de fortalecer las defensas de las plantas frente a enfermedades, particularmente aquellas asociadas al hongo Phytophthora cinnamomi. Además, se recomendó mantener una cobertura vegetal alrededor del árbol para proteger el suelo y conservar la humedad, junto con la implementación de camellones en zonas propensas al encharcamiento.
Para el cultivo de café, el monitoreo de la floración se presenta como un proceso relevante, pues de él depende la planificación de labores agrícolas y el adecuado control de plagas y enfermedades. El uso de semillas certificadas provenientes de variedades mejoradas es alentado por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, así como la revisión minuciosa de los colinos antes de la siembra para impedir la diseminación de plagas.
Por su parte, los productores de frijol deben priorizar la cobertura vegetal permanente, garantizar el buen estado de canales de drenaje y aprovechar la humedad disponible para optimizar la absorción de fertilizantes, evitando aquellos que se lixivian fácilmente tras eventos de lluvia fuertes. Sumar a ello la cosecha y reutilización del agua lluvia se destaca como alternativa sustentable para las labores domésticas y agrícolas. Finalmente, para el maíz se aconseja la labranza de conservación y el uso de materia orgánica para mejorar la retención de agua, así como la adecuada gestión de coberturas vegetales post-cosecha y el mantenimiento de los drenajes. El cumplimiento disciplinado de estas medidas contribuirá a la resiliencia del sector agropecuario frente a las variaciones del clima.
¿Por qué es importante el drenaje en los cultivos durante esta temporada?
En el contexto de la predicción climática entregada para Caldas por entidades como el IDEAM y la Mesa de seguimiento, el control eficiente del agua en los cultivos adquiere una relevancia especial. Aunque el pronóstico indica una reducción en las lluvias, no se excluye la ocurrencia de precipitaciones por encima de lo que se considera normal para diciembre y enero. Por esta razón, los sistemas de drenaje, tanto en superficie como bajo tierra, resultan fundamentales para evitar encharcamientos, los cuales pueden derivar en enfermedades radiculares y afectaciones en el desarrollo de las plantas.
El correcto manejo del agua acumulada no solo preserva la salud de los cultivos, sino que también contribuye a reducir la erosión del suelo, mantener la disponibilidad de nutrientes y proteger la producción agrícola frente a las variaciones inesperadas del clima. Así, el drenaje adecuado es una práctica recomendada que blinda a los productores y garantiza la sostenibilidad de las actividades agropecuarias en Caldas frente a las contingencias climáticas identificadas por fuentes oficiales.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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