John Poulos es el único y el principal sospechoso del asesinato de la artista colombiana, cuyo cuerpo fue hallado dentro de una maleta arrojada a un contenedor de basura en Fontibón, localidad del occidente de Bogotá.

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El norteamericano habría pasado la noche anterior con la mujer en un apartamento que él mismo rentó para que estuvieran juntos. Sin embargo, este no es el único detalle que apunta hacia su presunta responsabilidad, ya que el rastro que dejó está lleno de pruebas en su contra.

El individuo fue seguido por cámaras de seguridad desde antes hasta después del crimen, motivo por el que hasta el momento no ha podido demostrar su inocencia en las audiencias del proceso.

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Según señala El Tiempo, el estadounidense llegó a Bogotá con el objetivo de acabar con la vida de Valentina Trespalacios y no con la idea de irse a vivir con ella, como la mujer creía, pues se supo que rentó el apartamento en el que estaban ambos solo por 4 días y no por varios meses, como lo suponía la DJ.

Además, cuando el hombre huyó a Panamá, de donde fue deportado a Colombia, le fue encontrada dentro de su equipaje una cinta con la que habría sellado la maleta en la que habría metido los restos de su entonces novia.

También le hallaron una manta con la que habría cubierto la maleta antes de botarla. De hecho, la maleta era azul y le faltaba una rueda, sobre lo cual un taxista que transportó al norteamericano cuando este arribó a la capital colombiana declaró que le había visto una valija del mismo color y sin un rodachín.

Así mismo, Poulos es señalado por haber arrojado a una caneca del aeropuerto El Dorado el celular de la joven antes de tomar vuelo hacia Panamá.

Incluso, cámaras de vigilancia y el testimonio del portero del edificio en el que el extranjero pasó la noche con la artista dan cuenta de que a su apartamento no ingresó ninguna persona más en el momento del asesinato.

Estas, entre otras pruebas presentadas ante el juez del caso, parecen dejar sin escapatoria al sujeto que hasta el momento se ha mostrado desentendido y no ha aceptado los cargos por feminicidio y ocultamiento de material probatorio y para quien el fiscal del caso pide una condena de 50 años de cárcel.