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César Augusto Hincapié Dávila, padre de los dos jóvenes que aparecieron muertos por envenenamiento junto con su mamá en una vivienda del barrio La Isla, nororiente de Medellín, habló sobre lo ocurrido y aseguró que sus hijos no acabaron con su vida. Los hechos que ocurridos el pasado miércoles conmocionaron a la ciudad.
Sus hijos María Camila y Juan Carlos Hincapié Vélez, de 21 y 17 años, respectivamente, aparecieron muertos dentro de la vivienda ubicada en la calle 115 con la carrera 46, en un hecho en el que también falleció su excompañera sentimental, Diana Lorena Vélez Raigosa, de 42. Las primeras versiones dieron cuenta de que los tres perdieron la vida después de ingerir una sustancia tóxica. En este caso también apareció envenenado un gato, mascota de la familia.
Mensaje del papá de los hermanos que murieron envenenados en Medellín
Tras conocer estos hechos, César Augusto, quien actualmente trabaja como carpintero en la isla de Las Bahamas, señaló en un comunicado que conoció en primicia EL COLOMBIANO: “Me veo en la obligación de pedir prudencia y paciencia hasta conocer las pesquisas de Medicina Legal que, con certeza sé, llevaran a la conclusión de que mis hijos no se quitaron la vida, algo de lo que como padre estoy completamente seguro”.
Esta versión la entrega este padre de familia luego de conocer las declaraciones del comandante encargado de la Policía Metropolitana, general Rosenberg Novoa, quien dijo tras el hecho en una rueda de prensa: “El manuscrito por parte de la señora y el mensaje enviado por el joven a su padre, quien vive en el exterior, hasta el momento nos llevan a concluir que se trataría de un su… colectivo”.
El mensaje al que hace referencia el alto oficial tras estas muertes, señalaba: “Por favor, venga muy temprano, apenas se despierte. La llave queda en el borde de la ventana. La otra llave queda en la mata para que le diga a mi papá, busca el contacto de él y le avisa, él se tiene que hacer cargo de nosotros tres”.
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Al respecto de este texto que llegó del celular de Juan Carlos en la madrugada de ese miércoles, los familiares aseguraron que esa no sería la manera de escribir de este joven, quien se graduó con honores el año pasado de la Institución Educativa Federico Carrasquilla, después de obtener uno de los mejores puntajes de las pruebas Saber Pro.
Además expresó que sus hijos tenían muchos sueños a futuro, además de ser estudiantes ejemplares, tanto que ambos ingresaron becados para realizar sus estudios universitarios. María Camila estaba en la Universidad Nacional en el pregrado historia y Juan Carlos había comenzado este año ingeniería de Sistemas en la Universidad de Antioquia.
“Los conocí bien en cada una de sus facetas y sé que ellos deseaban cumplir las metas de su futuro más que cualquiera”, aseguró este padre de familia desde el archipiélago ubicado en Norteamérica, donde se encuentra radicado desde el 7 de agosto de 2022, cuando se fue a buscar una mejor oportunidad para él y para sus dos hijos .
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No ocultó su dolor por haber perdido a María Camila y a Juan Carlos, por quienes trabajaba para darles las mejores condiciones de vida y a quienes admiraba por sus logros académicos y por la calidad de personas que eran tanto en su casa como con sus amigos y vecinos.
“No hay palabras ni actos que logren describir el dolor y el desconcierto por la trágica muerte de mis hijos, quienes eran muchachos excepcionalmente juiciosos, cariñosos, estudiosos y felices, pero, sobre todo, llenos de vida y sueños”, expresó el padre de familia.
Además del mensaje de texto en cuestión, la Fiscalía investiga el contenido de dos cartas que encontraron, una en la vivienda al lado del cadáver de Diana Lorena, y otra que le habían entregado a la novia de Juan Carlos, dentro de una caja de regalo en la que también había dinero para esta mujer.
Carta de la mamá de la familia que murió envenenada en Medellín
La primera carta, que hablaba de la última voluntad de esta madre de familia, rezaba: “Yo, Diana Lorena Vélez, manifiesto y autorizo en vida la voluntad de donar mi cuerpo fallecido a la ciencia médica, de no ser posible la donación, manifiesto mi voluntad en vida y autorizo ser cremada y las cenizas ser desechadas”.
El segundo mensaje, dado a conocer por CM&, el cual era más extenso, decía: “Juana, perdóneme por hacerla sufrir. Le doy las gracias por los buenos momentos que mi hijo pasó a su lado, por el cariño brindado. Siento mucho hacerla pasar por esta situación, pero no podía dejarlos abandonados y sufriendo día a día con el suicidio de su madre. Quedan preguntas sin respuesta, pero piense que Juan hasta su último día fue feliz”.
Este manuscrito continúa hablando sobre la plata que le había dejado en la caja, la cual le había dado el pasado 8 de septiembre a la novia de este joven con la petición de que no lo abriera antes de tiempo porque se trataba de una sorpresa para Juan Carlos: “Este dinero es para que tenga un poco de tranquilidad mientras pasa el duelo y este momento tan difícil. Eres una mujer muy valiosa y le doy gracias a la vida, porque Juan haya tenido la oportunidad de haberte conocido”.
Esta situación se registró luego de que, de acuerdo con las informaciones de las autoridades, Diana Lorena se encontrara bajo tratamiento psiquiátrico por cuadros crónicos de depresión, los cuales la llevaron a estar internada en un par de ocasiones en una clínica de salud mental.
Los cuerpos de María Camila, Juan Carlos y Diana Lorena fueron sepultados esta semana en un cementerio de Pereira, de donde había llegado esta familia hace una década para radicarse en esta vivienda de la comuna 2 (Santa Cruz), en medio de un hecho que aún los familiares y vecinos no alcanzan a entender cómo pudo suceder.
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