Se abrió la puerta para que más municipios del país hagan parte del Paisaje Cultural Cafetero PCC, pero como patrimonio de la nación, que es diferente al definido por la Unesco hace 11 años y para lo cual tardó más de 16 años.
A través de la ley 2245 de 2022, aprobada el pasado 11 de julio, el Congreso de la República declaró como patrimonio cultural de la nación al Paisaje Cultural Cafetero, PCC, pero, no solamente incluyó a los municipios de Caldas, Risaralda, Valle del Cauca y Quindío, reconocidos desde hace 11 años como patrimonio cultural de la humanidad, sino que agregó a 35 municipios cafeteros del departamento del Huila.
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La ley en su artículo 2 establece: “Declárese el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia, PCCC, como patrimonio cultural de la nación”, inmediatamente en su artículo 3 añade: “Representan el Paisaje Cultural Cafetero los 35 municipios cafeteros del departamento del Huila y las áreas ya definidas en los 51 municipios de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, reconocidos como área principal y zona de amortiguamiento del PCCC”.
No obstante, enseguida el documento plantea: “Para el caso de los nuevos territorios que se pretendan incluir en la declaratoria nacional del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia, el Gobierno Nacional, en coordinación con la Comisión Intersectorial del Paisaje Cultural Cafetero, creada por la Ley 1913 de 2018, y de acuerdo con los criterios definidos por la Unesco en la declaración de Patrimonio Mundial, precisará los nuevos municipios y sus respectivas áreas cobijadas como patrimonio cultural de la nación de acuerdo con los estudios técnicos que soporten su inclusión”.
Al respecto, Jenny Velásquez Alzate, directora de alianzas nacionales de la Federación Nacional de Cafeteros, explicó: “Con la inclusión de los 35 municipios del departamento del Huila, el Congreso de la República busca abrir la puerta para que cualquier municipio que considere que tiene las características cafeteras y manifieste su voluntad de hacer parte del PCC, lo haga, a través del respectivo proceso ante el ministerio de Cultura y el gobierno nacional”.
Por su parte, Néstor Ocampo Giraldo, reconocido defensor del territorio y director de la fundación ecológica Cosmos, de Calarcá, dijo: “Esa ley, a última hora e incluyendo 35 nuevos municipios del Huila, se ve muy rara. Parece que tal decisión no consulta realmente con las entidades y autoridades que debieron hacerlo. Algo es claro, esta declaratoria no implica que esos municipios pasen a formar parte del patrimonio cultural de la humanidad”, agregó el experto.
“Ese es un trámite diferente, y también es raro porque hay municipios de Antioquia que fueron estudiados anteriormente y cumplen de manera más cercana con los criterios de la Unesco”, replicó.
Entre otros, los criterios a los que se refiere Ocampo Giraldo que evaluó la Unesco son: Producir café de montaña, que haya predominio del café, cultivo en la ladera, contar con un patrimonio natural, disponibilidad hídrica, institucionalidad cafetera y redes afines, patrimonio arquitectónico y arqueológico, poblamiento concentrado y estructura de la propiedad fragmentada, influencia de la modernización, patrimonio urbanístico, tradición histórica en la producción del café, minifundio cafetero como sistema de propiedad de la tierra, cultivos múltiples y tecnologías de producción sostenible en la cadena productiva del café.
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La nueva ley establece que la nación, los departamentos y los municipios deberán unir esfuerzos y garantizar la financiación de programas y proyectos que fortalezcan la preservación, promoción, desarrollo económico y medio ambiental del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia PCC.
¿Confusión?
Como lo señalan los expertos, el reconocimiento como patrimonio cultural de la nación, a través de esta ley, no tiene que ver con la inscripción que el 25 de junio de 2011 hizo la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación, Unesco, de los 51 municipios del Eje Cafetero como parte del patrimonio de la humanidad, un reconocimiento que más allá del paisaje, que busca proteger una cultura que se gestó durante 2 siglos alrededor de un proceso productivo, que hoy en día está amenazado por múltiples factores externos e internos.
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