Si bien ese medio, en su artículo del pasado fin de semana, reveló que la salida del alto oficial de su cargo se habría dado por el “uso ilegal de sofisticados equipos para espiar a políticos, magistrados, generales y periodistas”, el general Nicacio Martínez negó, en diálogo con El Tiempo, el haber cometido algún delito mientras estuvo al frente del Ejército.
Por el contrario, el alto oficial le aseguró al periódico que detrás de este escándalo “hay intereses económicos muy fuertes”, y que precisamente por eso lo vincularon a él con el tema de chuzadas.
“No tengo la menor duda de que es la retaliación por denunciar y prevenir hechos de corrupción al interior del Ejército, en los que mucha gente deja de lucrarse de contratos; eso genera molestias”, explicó el general que, de acuerdo con ese medio, se encuentra de vacaciones antes de su retiro.
Fue por eso que Martínez no descartó, en el medio capitalino, la hipótesis de que alguna persona “vinculada al Ejército lo haya hecho (chuzadas) con el apoyo de otro organismo”.
El oficial también dijo, en la entrevista, que la decisión de dar un paso al costado la tomó en reunión con su esposa y sus dos hijos: “Discutimos una situación personal de carácter familiar, y, con lágrimas, los cuatro decidimos que debía irme”.
Pero Semana no lo cree así, pues en su artículo menciona como fuentes a varios militares que aseguran que la orden era adelantar interceptaciones ilegales a políticos, periodistas, generales y magistrados, y que estos seguimientos se hicieron desde varias guarniciones militares.
Además, la revista dio a conocer que esa información presuntamente se la entregaban a un “reconocido político del Centro Democrático”, y que eso habría propiciado la salida del general Martínez, además de otros problemas en los que se vio envuelto mientras estuvo en el cargo de comandante.
LO ÚLTIMO
.svg)
