El operativo fue realizado el pasado lunes en la vereda La Esperanza, perteneciente a este municipio, donde fallecieron cinco disidentes y Yeison Stiven Yule Pequi, el menor que pertenecía del resguardo indígena de Altamira e inicialmente resultó herido, informó el organismo en un comunicado.

Aunque se activó el protocolo de protección institucional de niños y adolescentes desvinculados de grupos armados ilegales, el joven falleció en la Clínica Medilaser, en Florencia.

El joven habría sido reclutado por las disidencias hace un año, según contó la familia, lo que llevó a la Defensoría  a hacer énfasis en la “alta incidencia de reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes” en la zona.

“La situación desencadenada por el bombardeo contra las disidencias pone en evidencia la grave situación de reclutamiento forzado en las zonas objeto de dominio territorial y combate por parte de estos grupos armados ilegales”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, en el comunicado.

Se trata de la segunda muerte de un menor en un bombardeo del Ejército a un campamento de un grupo armado este año, después de que el pasado 2 de marzo murieran 12 personas en un supuesto ataque a las disidencias bajo el mando de Miguel Botache, alias ‘Gentil Duarte’, en el municipio de Calamar.

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En ese otro bombardeo se denunció la muerte de hasta 14 menores que también habrían sido reclutados, aunque el Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia solo confirmó en un primer momento la presencia de una menor de 16 años.

El ministro de Defensa, Diego Molano, justificó entonces el “uso legítimo de la fuerza” contra menores reclutados por grupos armados porque, según alegó, dejan de ser víctimas y se convierten en “máquinas de guerra que atentan contra la sociedad colombiana”.