El 2021 cerró en Caldas con 14 crímenes en los que las víctimas eran familiares o allegados de los asesinos. Uno de ellos ocurrió a finales de diciembre en zona rural de Neira, donde mataron a un bebé, de 20 meses de nacido. La principal sospechosa fue la mamá.

Antes de iniciarse la audiencia de formulación de acusación contra esta mujer, la abogada pidió aplazamiento. Indicó que se requiere de una valoración de Medicina Legal para determinar cuál era el estado de su defendida en el momento en que ocurrieron los hechos.

Explicó que se había hecho la solicitud al juzgado con función de control de garantías que asumió inicialmente el proceso, pero que solo hasta esta semana recibió copia del documento que ordena la valoración. Por eso la señora será remitida a la seccional Caldas para ser evaluada por médico y psiquiatra.

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Lo que busca la abogada de la señalada es demostrar una posible inimputabilidad, es decir, que su cliente no era consciente de lo que hacía el día de los hechos, condición que sería usada como prueba de la defensa. El juez avaló el aplazamiento y la audiencia quedó para mayo.

Esta señora responde por homicidio agravado y está recluida en Villa Josefina. Al padrastro de la víctima también lo relacionan con el crimen y es buscado por las autoridades.

Los hechos

A finales del 2021 la mujer solicitó ayuda para que su hijo recibiera atención médica, pero cuando lo llevaron a un centro asistencial, en zona rural de Neira, ya estaba muerto.

La madre llegó con el bebé hasta el peaje nuevo cerca de Irra. Inicialmente dijo que el niño se le había asfixiado, pero la historia era otra. Al hacerle la necropsia se determinó que se trataba de una muerte violenta.

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El cuerpo del pequeño lo trasladó una unidad básica de investigación criminal a Medicina Legal de Manizales, donde se determinó como causa del deceso múltiples traumatismos, destrucción de órganos y hemorragia interna, tras ser golpeado con objetos contundentes.