Por: Portal Bogotá

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Este artículo fue curado por pulzo   Ago 25, 2025 - 5:53 am
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Pico y placa es una regulación clave en la movilidad urbana de Medellín y el Valle de Aburrá, diseñada para combatir tanto la congestión vial como la contaminación ambiental. Para el lunes 25 de agosto, la restricción aplica particularmente a carros particulares cuyas placas terminan en 6 y 9, a motos cuyas placas comienzan con esos mismos dígitos, y a taxis con placas finalizadas en 4. Las restricciones afectan a los vehículos particulares y motos desde las 5:00 a.m. hasta las 8:00 p.m., y a los taxis de 6:00 a.m. a 8:00 p.m.; quienes no cumplan, se exponen a una multa que supera los 600.000 pesos colombianos, según lo reporta la Secretaría de Movilidad de Medellín.

La génesis de este modelo radica en los desafíos ambientales y de tráfico propios de grandes ciudades con alta densidad poblacional. Medellín, al estar enclavada en un valle cerrado y experimentar condiciones atmosféricas estables, es especialmente vulnerable a crisis de calidad del aire, exacerbadas durante ciertas temporadas. Dentro de ese contexto, el pico y placa se implementa como parte de una estrategia integral de movilidad sostenible, que apuesta también por promover el transporte público, los vehículos eléctricos y los medios de transporte activos como la bicicleta y el desplazamiento a pie.

La flexibilidad en la operación del pico y placa ha sido una de las innovaciones de Medellín. A diferencia de muchas urbes latinoamericanas, la ciudad ajusta cada semana los días y la población vehicular sujeta a restricciones, intentando minimizar afectaciones en la movilidad cotidiana. Datos del Observatorio de Movilidad de Medellín muestran que, desde su instauración en 1995, la congestión en horas críticas se ha reducido y ha habido una caída significativa en las emisiones de contaminantes, aunque estos resultados se logran en tándem con otras políticas ambientales y de transporte.

Comparativamente, Medellín sobresale entre ciudades latinoamericanas en cuanto a la flexibilidad de la medida. Por ejemplo, se han establecido excepciones para ciertas vías o momentos específicos, reconociendo la importancia de no entorpecer actividades económicas y de transporte público. Al contrario, ciudades como Bogotá han optado por esquemas más rígidos y restricciones adicionales en episodios extremos de polución, según refleja un análisis de El Espectador.

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Los expertos, entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), resaltan que la eficacia del pico y placa está vinculada a la capacidad y calidad de los sistemas alternativos de movilidad. El éxito de las restricciones depende, en gran medida, del fortalecimiento del sistema Metro de Medellín, la ampliación de rutas de buses y la integración de plataformas multimodales. Sin estas alternativas, la imposición de límites al uso del carro particular puede empeorar la exclusión social, especialmente entre quienes tienen menos recursos y dependían de su vehículo para desplazarse.

El análisis del BID subraya que los hogares con menores ingresos son más vulnerables a la política, pues deben asumir mayores gastos o experimentar dificultades de acceso tras la restricción. Por ello, se sugiere acompañar dicha política con programas de subsidios o estímulos al transporte público, promoviendo así una movilidad urbana más equitativa y ambientalmente responsable.

Actualmente, la regulación sigue generando debate: la proliferación de vehículos eléctricos, junto con formas alternativas de movilidad, desafía las lógicas tradicionales del pico y placa. Así, Medellín enfrenta el reto de modernizar la medida, incluyendo criterios tecnológicos y ambientales en la normativa, para no centrarse sólo en los números de placa.

En suma, el esquema de pico y placa en Medellín ilustra cómo una restricción vehicular, lejos de ser una solución aislada, se convierte en un componente articulado dentro de estrategias de movilidad y sostenibilidad urbana, requiriendo mejoras continuas para responder a nuevos desafíos sociales y ambientales.

Preguntas frecuentes relacionadas

¿Cómo se determina qué placas tienen restricción cada día?

Esta pregunta resulta habitual entre los conductores, debido a los constantes cambios semanales establecidos por la Secretaría de Movilidad de Medellín. La lógica detrás de la rotación de dígitos busca evitar que ciertos grupos de usuarios sean siempre los afectados, garantizando así una distribución más justa del impacto.

Cada inicio de año y en actualizaciones periódicas, la autoridad de movilidad publica un calendario oficial donde se indica el turno de restricción para cada grupo de placas. La frecuencia y el orden se deciden en función de estudios técnicos sobre volúmenes de tráfico y patrones de congestión, con el propósito de optimizar la gestión de la movilidad y minimizar las afectaciones socioeconómicas.

¿Qué es el Valle de Aburrá y por qué su geografía influye en la calidad del aire?

Para entender mejor la necesidad de medidas como el pico y placa, es relevante contextualizar el término. El Valle de Aburrá es una depresión geográfica en la cordillera central de Colombia, en la que se ubican Medellín y varios municipios vecinos.

Su conformación de valle cerrado favorece la acumulación de contaminantes, sobre todo durante periodos de inversión térmica –un fenómeno donde el aire frío queda atrapado cerca del suelo y limita la dispersión de partículas–, lo que agrava los episodios de baja calidad del aire y explica, en parte, la urgencia de políticas de restricción vehicular y promoción de la movilidad sostenible.

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